#PizzaGate: cuando las mentiras superan la realidad
Edgar Welch viajó a Washington para liberar a niños secuestrados y abusados sexualmente; todo fue mentira
En la era de la posverdad, las redes sociales son un medio para formar a la opinión pública, donde lo falso cruza la línea de la veracidad: #PizzaGate es un caso más.
EL RUMOR fue detonado por una historia misteriosa. En la actualidad, no hay mejor fórmula para propagar un rumor que colocarle un # dentro de Twitter ya que muy pronto se convertirá en tendencia.
Edgar Welch manejó su auto hacia Washington desde Carolina del Norte con la misión de rescatar niños que supuestamente habían sido secuestrados para abusar sexualmente de ellos.
Welch se presentó en el supuesto lugar en el que se encontraban los niños, con un rifle de asalto en sus manos, asustando a peatones y clientes de la pizzería Comet Ping Pong. No encontró a los niños en el sótano de la pizzería, ni tampoco al exjefe de Gabinete de la Casa Blanca y asesor de campaña de Hillary Clinton, John Podesta, supuestamente convertido en peligroso pederasta.
Los rumores fueron falsos. La pizzería se encuentra ubicada en un barrio lujoso de Washington, en la avenida Connecticut, y tiene un entorno familiar. Sin embargo, la historia sirve como ejemplo para diferenciar lo falso de lo real; una historia de un escándalo que nunca ocurrió, pero sobre todo, del terror que se propaga con facilidad a través de las redes sociales. El pizzagate integra una serie sórdida de códigos y símbolos satánicos en el subsuelo de la capital del país.
Lo que empujó a Welch a la pizzería fue una mezcla asfixiante de rumores, perversión política, cambio tecnológico, y la emoción embriagadora
de la gente que usa redes sociales. También recuerda que los efectos de la campaña presidencial del pasado mes de noviembre continúan.
Afortunadamente Welch no le disparó a nadie.
El 28 de octubre, James B. Comey, director del FBI, informó al Congreso que reabriría la investigación, sobre el uso de un servidor privado de correos electrónicos por parte de Hillary Clinton cuando se desempeñaba como secretaria de Estado. La novedad de la revelación de Comey fue que Anthony Weiner, exesposo de una importante asesora de Hillary, Huma Abedin, escribió correos electrónicos en donde incluía fotos de menores de edad. Dos días más tarde,
desde la dirección de Twitter@ DavidGoldberNY, se distribuyeron mensajes sobre el caso; supuestamente, el tema alcanzaba a Hillary Clinton en un bochornoso caso de pedofilia.
El rumor fue retuiteado más de 6,000 veces y fue creciendo hasta que un anónimo vinculó a John Podesta con rituales satánicos. “Cuando pienso en los niños que ha picado, violado y matado Hillary Clinton, no tengo miedo de cruzarme con ella en la calle”, dijo el 4 de noviembre a través de YouTube, Alex Jones, creador del sitio de conspiraciones InfoWars, y conductor del programa de radio “The Alex Jones Show”. De acuerdo con YouTube, el video se ha visto 427,000 veces.
Pocos días después de la comparecencia del director del FBI, una serie de información sobre Podesta fue liberada por WikiLeaks que apuntaba sobre sus rutinarias visitas a la pizzería. El 7 de noviembre apareció por primera ocasión el hashtag #Pizzagate.
Desde Chipre, Vietnam y la República Checa, miles de mensajes en Twitter fueron escritos con el mencionado hashtag, comentó Jonathan Albright, profesor asistente de Análisis de Medios de la Universidad Elon en Carolina del Norte. En algunos casos, agregó, los retuits provenían de robots y programas para ampliar noticias falsas. “El uso de robots tiene el objetivo de convertir en tendencia los mensajes en Twitter”. El viernes anterior a la elección presidencial, James Alefantis, que es dueño de la pizzería Comet Ping Pong, notó que semanas antes de la elección presidencial, en Instagram se divulgaban mensajes acusándolo de pedófilo.
Alefantis no ha sido ajeno a la política. En su pizzería se juntaron donadores de la campaña de Hillary Clinton y es amigo de David Brock, némesis de Clinton. Además, tieneclientes y amigos pertenecientes a círculos demócratas.
Pocos días antes de la elección, otros comerciantes de la cuadra donde se encuentra la pizzería recibieron llamadas telefónicas y correos electrónicos perturbadores. Varias personas se interesaron por los símbolos de los escaparates y fotos de las paredes.
Frente a la pizzería se ubica Terasol, un bistro francés cuya propietaria, Sabina Ousmaal, encontró en Goolge una nota sobre el rumor de que en ese lugar se tejía un complot para abusar sexualmente de niños. En la nota aparecía una fotografía de la propietaria del bistro junto a su hija y Hillary Clinton, en una visita que hizo la excandidata demócrata años atrás. Ousmaal, quien tuvo cáncer, y ha realizado donaciones al hospital infantil St. Jude, colocó en su página web el logotipo del corazón similar al del hospital infantil, por lo que los conspiradores de internet, vinculan a la dueña con abusos de niños. “Estos maníacos pensaron que era un símbolo de la pornografía infantil”, dijo el esposo de Ousmaal. “¿Qué podemos hacer?, se pregunta Ousmaal: “No hay un sótano. No hay túnel, no hay nada”.
El propietario del restaurante 4chan, Hiroyuki Nishimura, que también está en la misma calle que la pizzería y el bistro, dijo que “pizzagate me recuerda que todo un país fue engañado por el supuesto arsenal nuclear que tenía Sadam Husein en Irak, es la misma vieja historia”.
#PizzaGate es un caso más de la era de la posverdad. Formar a la opinión pública a partir de ele
subjetivos (mentiras).