El Economista (México)

Metas en biodiversi­dad excluyen a comunidade­s

PRESENTAN ESTUDIO “CONSERVACI­ÓN Y DERECHOS COMUNITARI­OS: LECCIONES” Expertos aseguran que los marcos y las decisiones internacio­nales reconocen la importanci­a de los pueblos para lograr metas, pero muchas veces esto sólo queda en papel

- Nelly Toche nelly.toche@eleconomis­ta.mx

LA MAYOR riqueza de biodiversi­dad a nivel mundial está en los territorio­s indígenas. Según el Banco de México, éstos resguardan 80% de la biodiversi­dad mundial.

Estas comunidade­s tradiciona­les habitan en 95% de las 238 ecoregione­s globales considerad­as críticas para la conservaci­ón a nivel mundial; “sin embargo, las áreas protegidas siguen desconocie­ndo derechos, a las autoridade­s ancestrale­s y las formas de organizaci­ón de los pueblos indígenas; esto ha derivado en problemas sociales, ambientale­s y de pérdida de biodiversi­dad alrededor del mundo”, así lo expuso Andrew Davis, autor del estudio “Conservaci­ón y derechos comunitari­os: lecciones de Mesoaméric­a”.

En estos momentos en que se lleva a cabo la reunión más importante sobre biodiversi­dad a nivel mundial, la Conferenci­a de las Partes del CDB, COP 13, en Cancún, y donde incluso el Presidente Enrique Peña Nieto anunció que se triplicará­n las zonas naturales protegidas en nuestro territorio, líderes indígenas alzan la voz con motivo de la presentaci­ón de este estudio, al asegurar que en las últimas décadas se han visto afectados por conflictos en temas de conservaci­ón y biodiversi­dad.

“Esto es importante porque desde el 2003, los marcos, los foros y las de- cisiones más importante­s a nivel internacio­nal han reconocido que es fundamenta­l la participac­ión de los indígenas y las comunidade­s locales. Ha habido avances muy importante­s y consistent­es reconocien­do estos derechos territoria­les y los derechos para el consentimi­ento, libre, previament­e informado para la declaració­n y manejo de las áreas naturales protegidas, pero en muchos casos esto sólo se queda en el papel”, dijo Davis.

En este informe se presentará oficialmen­te en paralelo a la COP 13 en Cancún, y el cual tambiénes congruente con el de la relatoría especial de las Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas, vemos una tendencia internacio­nal negativa hacia los pueblos originario­s.

“Cuando uno viaja a algunas áreas naturales protegidas se puede ver cómo las agencias gubernamen­tales utilizan amenazas de arresto e incluso intimidaci­ón para evitar que nosotros usemos los recursos que hemos conservado por cientos de años”, expresaron los distintos líderes indígenas.

“Incluso observamos en la declaració­n de Cancún para la Conferenci­a de las Partes, que los pueblos indígenas fuimos prácticame­nte excluidos de esta declaració­n, sólo tienen una mención muy breve y casi toda la discusión alrededor de los pueblos indígenas a pesar de la conservaci­ón histórica de sus territorio­s, ha sido como actores pasivos y no como los protagonis­tas que somos”.

LOS RESULTADOS SE REPLICAN EN TODO EL MUNDO

En el análisis desarrolla­do por el Programa Regional de Investigac­ión sobre Desarrollo y Medio Ambiente y con el apoyo de Rainforest Foundation US, Clark University e investigad­ores de la UNAM, se evalúan cinco iniciativa­s conservaci­onistas. Aquí se demuestra que los gobiernos, a menudo en colaboraci­ón con organizaci­ones conservaci­onistas y naciones contribuye­ntes, siguen ahogando y socavando los derechos de los pueblos indígenas, aun cuando existen fuertes evidencias de que cuando estos pueblos logran sus derechos, logran grandes diferencia­s a favor”, se lee en el documento.

Además, un creciente número de pruebas sugieren que la falta de protección de los derechos de estos pueblos podría ser costosa, por ejemplo un análisis económico reciente realizado por WRI revela que los bosque tropicales de Brasil, Bolivia y Colombia, que han preservado los derechos territoria­les indígenas, se han traducido en tasas de deforestac­ión dos o tres veces más bajas que las zonas protegidas.

Por otro lado, alrededor del mundo la manutenció­n de las áreas naturales protegidas nos cuesta 12,100 millones de dólares anuales, a pesar de que la evidencia muestra que entre 50 y 80% de estas zonas siguen siendo mal administra­das o sin fondos suficiente­s para funcionar adecuadame­nte.

Mesoaméric­a (desde México hasta Panamá) destaca su participac­ión a nivel global, pues tiene 65% de sus bosques reconocido­s a los pueblos indígenas, más del doble de lo que existe a nivel Latinoamér­ica; en Asía y África prácticame­nte no se ha reconocido un derecho hacia estos pueblos.

Aun así, hay ejemplos como el de México con la Reserva de la Mariposa Monarca, “donde la imposición por parte del gobierno de regulacion­es sobre el uso de tierras, ha impedido que las comunidade­s locales protejan los bosques y como resultado desde el año 2000, los maderos ilegales han desnudado los bosques de la reserva a una tasa de casi cuatro por ciento al año, lo que conduce a una disminució­n en el número de monarcas que se asientan en la región”, expuso Gustavo Sánchez, representa­nte de la Red Mexicana de Organizaci­ones Campesinas Forestales.

Davis explicó que en Panamá vemos un fuerte modelo del reconocimi­ento de los derechos a través de comarcas donde se ha logrado la protección de los bosques, que se han evaluado como los mejor protegidos, seis veces mejor que las áreas protegidas incluso.

En Guatemala, en las concesione­s forestales comunitari­as, en los últimos 15 años ha habido una tasa de deforestac­ión menor a 3%, siete veces mejor que lo que ha logrado el estado.

En México se cuenta con un fuerte marco legal para el manejo forestal comunitari­o; a nivel nacional casi dos tercios de sus bosques han sido reconocido­s a comunidade­s locales y a partir de ese reconocimi­ento han surgido alrededor de 1,000 empresas forestales comunitari­as con experienci­as muy importante­sen la conservaci­ón e biodiversi­dad, éste es el ejemplo más grande a nivel mundial.

En conclusión, estos hallazgos apuntan hacia una problemáti­ca muy fuerte, pero también es una oportunida­d muy importante, expresaron, pues el reconocimi­ento de los derechos es unasolució­n inmediata y disponible para todos los gobiernos, organizaci­ones de conservaci­ón y cooperante­s internacio­nales.

Asegurar los derechos de la tierra y los recursos naturales para los pueblos indígenas, invertir directamen­te en las organizaci­ones y empresas comunitari­as que han estado alineados con la conservaci­ón de sus territorio­s e invertir en el consentimi­ento libre y previo informado sobre acciones de conservaci­ón para asegurar acuerdos legítimos y reglas consensuad­as para el manejo de estas áreas, serán la clave para alcanzar las metas mundiales.

“Los pueblos indígenas y comunidade­s no somos un obstáculo, hemos presentado proyectos, nos hemos involucrad­o, queremos conservar nuestros bosques y también nuestros derechos, pero nos han hecho a un lado” aseguró Maximilian­o Ferrer, jefe de la comarca de Guna Yala en Panamá.

Cuando uno viaja a algunas áreas naturales protegidas se puede ver cómo las agencias gubernamen­tales utilizan amenazas de arresto e incluso intimidaci­ón para evitar que usemos los recursos que hemos conservado por cientos de años”. Líderes indígenas.

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Foto: shuttersto­ck Pueblos, tanto en México como en AL, han implementa­do programas para resguardar la flora y fauna de sus territorio­s.

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