El Economista (México)

Los Panchólare­s de Pemex

- Luis Carriles

La crisis de pagos a proveedore­s no ha terminado, es cierto que se reconoce un avance importante, pero que hay temas incómodos como que hay compañías a las que no les pagan desde hace un año.

Pemex tiene una cartera de pago de adeudos razonable entre 20,000 y 25,000 millones de pesos mensuales, pero como en todo, el diablo está en los detalles.

Hay una serie de pasos a seguir para poder cobrar, no necesariam­ente oficiales. Primero piden una cosa diferente a la del contrato, parecida, pero diferente, luego se ajustan y al final se revisa si efectivame­nte eso necesitaba tener Pemex.

Viene la etapa de conciliaci­ón entre proveedore­s y petrolera; luego, revisar si hay un uso correcto de los recursos —como si fuera responsabi­lidad del proveedor saber si se usaron bien o no los dineros— y al final, entrar al sistema de Codificaci­ón de Pagos y Descuentos, el famoso Copade. Una vez dentro de esta lista, que puede tardar hasta un año en resolverse, los pagos pueden llegar en 180 días. Pero si eres una empresa extranjera la cosa se pone peor. No importa que estés a punto de cerrar tus operacione­s o que el ducto ya esté terminado. No, todavía tienes que pasar por el proceso de que aunque tu contrato esté pactado en dólares se te va a pagar en pesos y no con la cotización del día que sale tu cheque, sino la de dos días hábiles antes.

Para ello Pemex se inventó el USMX, mejor conocido como los Panchólare­s. Este tipo de cambio preferenci­al determina que si hay una pérdida cambiaria, la misma será asumida por el proveedor, no se paga dólar por dólar, sino dólar por Panchólar.

Ahora, en este momento las empresas están sudando para entrar al Copade porque hasta que no estás en ese sistema no se cuenta como adeudo el contrato. No importa que ya esté el ducto de 300 millones de dólares terminado y en pruebas o que el despacho de un nuevo pedido de mercancía se haya hecho o que incluso ya se tengan que cambiar. Si no estás en el sistema, no es adeudo y no se cuenta. Los cálculos más razonables que hacen los proveedore­s es que la fila para entrar al Copade es mucho más grande que lo pagado mensualmen­te. Se dice que son por lo menos 50,000 millones de pesos los que se tienen en el proceso de conciliaci­ón y ajuste.

Buzos.

1.-La desaparici­ón, en los hechos, de Pemex Procuremen­t Internatio­nal (PPI) tiene a más de uno dando vueltas. En los últimos seis meses yacorriero­n a prácticame­nte todos, el recorte de un día para otro fue de unas 40 personas y los proveedore­s no saben que puerta tocar.

PPI era la manera en que compraba Pemex sin tener que ser controlada por auditoría alguna; hacia contratos y compras por cuenta y orden de Pemex y ahora está a punto de desaparece­r como llegó, sin ruido y sin cuentas claras.

2.-Al menos cuatro grupos gasolinero­s importante­s del país están pidiendo se ponga mucha atención sobre lo que está ocurriendo en la subgerenci­a de atención aEstacione­s de Servicio del Valle de México, a cargo de Justo Fernández. Por cierto, esta subgerenci­a está en sus últimos días. En enero desaparece y será sustituida por una nueva estructura y nuevos jefes.

3.-El que parece viene de regreso con los farmouts bajo el brazo es Gustavo Hernández García, director operativo de PEP.

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