Ruta migrante resiente violencia del crimen, alertan
LA CIDH HA ADVERTIDO DE UNA CRISIS EN LA MATERIA
EN MÉXICO, las principales zonas de tránsito de migrantes —el Istmo de Tehuantepec y el corredor Chiapas-Tabasco-Veracruz-Tamaulipas— también resienten la violencia relacionada al tráfico de drogas y armas y a la trata de personas, reporta la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
En su informe más reciente sobre la situación de los derechos humanos en el país, la institución de la Organización de los Estados Americanos (OEA) advierte una crisis en la materia.
Esto porque a través del documento, la comisión aborda la situación de los derechos humanos de algunos grupos poblacionales, especialmente los afectados por la violencia.
La CIDH detecta que los grupos del crimen organizado se dedican principalmente al narcotráfico, pero no exclusivamente. Entre sus otras actividades destacan los asesinatos, la extorsión, el secuestro, el robo, el cobro de piso, el control de rutas de migrantes, el tráfico ilícito de migrantes y la trata de personas, así como el tráfico de armas, entre otros ilícitos.
Destaca que la migración transnacional representa una de las principales fuentes deingresos para el crimen organizado en México y en la región.
“El involucramiento de organizaciones criminales en el negocio de la migración irregular se explica por los altos beneficios que genera ésta en comparación con el bajo nivel de riesgo y los altos niveles de impunidad que implican para estas organizaciones la comisión de delitos en contra de los migrantes”, se expone.
A través del uso de la violencia y el empleo de cifras millonarias para intentar corromper a funcionarios y autoridades del Estado, grupos del crimen organizado manejan tráfico ilícito de drogas, armas y migrantes, así como redes de secuestro y extorsión y utilizan el reclutamiento involuntario de personas.
Precisa que factores como el alcance transnacional de estas organizaciones, la convergencia entre las rutas migratorias y las rutas del tráfico de drogas y de armas, así como la colusión de autoridades estatales, han facilitado la incursión de organizaciones criminales.