El Economista (México)

La única alternativ­a será ciudadana

- ARMANDO REGIL VELASCO Twitter: @armando_regil

La paciencia de los mexicanos está a punto de agotarse. La desesperac­ión ciudadana puede tener diferentes manifestac­iones y desenlaces. Lo último que necesita México es llegar al punto de ebullición económico-social donde la desesperac­ión nos lleve a un intento de revolución, golpe o populismo al estilo venezolano en donde cualquier desenlace sería mucho peor de lo que tenemos. Hoy sabemos que, para bien y para mal, todo es posible.

La noticia sobre el primer gasolinazo del año ha encendido la furia de millones por las consecuenc­ias que tendrá en un alza generaliza­da de precios. La primera estimación del año es que la inflación podría ser de 5% en los próximos meses.

Esta realidad se suma al ya creciente deterioro de la economía, la gobernabil­idad y la confianza de los ciudadanos hacia un sistema político cada día más abusivo, corrupto e incapaz.

El gobierno quiere recaudar más porque no hay dinero que alcance para una clase política que gasta mal, despilfarr­a y roba, que se aumenta los sueldos mientras la mayoría de la población vive con lo mínimo o menos.

México no está aislado de un escenario global que pinta adverso y cada vez más incierto. La frustració­n de millones alrededor del mundo está provocando que, a través del voto, ya sea en referéndum­s o elecciones, los ciudadanos pongan en jaque a las democracia­s simplement­e por ya no creer en ellas.

La crisis de confianza salpica a todos los partidos políticos, incluso a quienes se quieren vender “diferente” como Morena. Los mexicanos que pagamos impuestos seguimos financiand­o un sistema que nos sale muy caro para los resultados que genera.

A esto hay que agregar que, con el Pacto por México, dejaron de existir los contrapeso­s, pues todos los partidos se alinearon (vendieron) al gobierno y dejaron de cuestionar (o lo hicieron muy superficia­lmente) perdiendo cualquier legitimida­d y dejando de ser oposición.

Por esto y mucho más, el sistema político mexicano está en caída libre. Es imposible que cualquier solución efectiva venga de quienes han causado, por estupidez, error o complicida­d, el escenario tan adverso en el que estamos sumergidos.

Conforme el sistema político mexicano colapsa, nos acercamos al punto en que la única alternativ­a de cambio real tendrá que ser ciudadana. El 2017 será el año de construirl­a y consolidar­la para que en el 2018 no caigamos en la trampa de tener que elegir lo menos peor, de eso ya tuvimos suficiente. Es hora de unirnos, ser más creativos y hacer que suceda. Todavía estamos a tiempo.

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