Mis libros del 2016
Novelas, relatos, cuentos, ciencia ficción y entre la selección que no se limita a textos publicados el año pasado
Aclaración pertinente y siempre obligada: esta lista no se restringe a libros publicados en el 2016, ni pretende destacar entre ellos a los mejores. Para atreverse a ese tipo de lista tendría que leerlo todo, tener una opinión a prueba de fallas y un sentido de atribución crítica al cual no pretendo aspirar. Venga pues:
Signor Hoffman de Eduardo Halfon (Cuadernos del Asteroide)
Estos seis textos son relatos que son crónicas y por momentos reportajes, podrían catalogarse como literatura de viajes profunda, pero sería casi injusto, pues son piezas literarias magníficas inclasificables. Los une una liga común: los viajes y reflexiones de Eduardo Halfon, protagonista, escritor, periodista, turista (acaso), cronista y narrador. Más allá del recuento geográfico, sumergido en recuerdos de infancia, historia familiar y cartas y conversaciones de las que no seremos testigos. Entre el extrañamiento de su mirada encontramos una perplejidad natural ante a la indefensión del viajero, la vulnerabilidad del testigo y la inquietud que producen los espacios y situaciones que se descubren sobre la marcha en la búsqueda inefable de sentido: “Todos, eventualmente, nos convertimos en nuestra propia ficción”.
Slade House de David Mitchell (Random House)
Pocos autores desafían más las etiquetas que David Mitchel. Perpetuo explorador de géneros y estilos, aborda con su singular ambición cada uno de sus proyectos sin que la forma se vuelva una loza de virtuosismo vacío sobre el lector. Esta novela, emparentada con The bone clocks, es una historia gótica de fantasmas. Una novela de terror fantástico (¿o ciencia ficción?) por momentos espeluznante o muy divertida. Algo sucede tras los muros de Slade House, juegos infantiles, romances inesperados y parrandas de antología, con una pequeña salvedad, entre sus muros es muy posible que el tiempo se nos escurra y termine plasmado en una galería nocturna que redefinirá lo que hasta días antes considerábamos pesadillas. Imposible clasificar a Mitchell como autor de horror, pero igualmente imposible reprimir un escalofrío al a toparse con su nombre en la carátula de otro libro.
The Outsider - My Life in intrigue de Frederick Forsyth
A veces es fácil pasar por alto que antes de El día del chacal, el thriller político no dominaba las mesas de novedades y listas de libros vendidos. Antes de Follett, Ludlum y tantos otros, Forsyth inventó, casi a ciegas y por desesperación, un género de novelas que alimentaría a Hollywood por décadas. Como muchos libros de memorias, lo mejor de The Outsider son los recuerdos lejanos donde el autor se refiere a personas y situaciones que ya no forman parte de su vida y no hay temor o pudor. Forsyth que se formó en el periodismo duro de guerra y el espionaje, es tan entretenido como conmovedor mientras recorre su vida y obra a través de décadas de política exterior británica (incluida una secuencia africana particularmente poco halagüeña para el foreign office).
Luna llena y otros relatos Inoue (Sexto Piso)
de Yasushi
Aperitivo de tres relatos exquisitos para entender a uno de los grandes de la literatura japonesa del siglo XX. En Vida de un falsificador un periodista es contratado para escribir la biografía de un famoso pintor. Aburrido, termina obsesionándose por la vida de otro: un desgraciado falsificador del artista. En Obasute recupera una leyenda popular que recuerda cómo los ancianos eran llevados hasta un monte para a contemplar la luna y dejados ahí para reducir el número de bocas que alimentar. Mientras que Luna llena, es un recuento del ascenso y caída de un ejecutivo que pasa a ser presidente de una compañía. Retrato implacable de una cultura empresarial donde el presidente es casi Dios.
Ciencias Morales (Anagrama)
de Martín Kohan
Con una prosa delirante, Kohan cuenta la historia de un estricto colegio de Buenos Aires y de una prefecta dispuesta a todo para demostrar su lealtad a un siniestro jefe. Historia sobrecogedora que funciona también como metáfora ambiciosa de la sociedad argentina durante la dictadura. Un libro bello, feroz, perfecto y perturbador que será difícil olvidar mucho tiempo después de haber cerrado sus últimas páginas.
Las palmeras salvajes de William Faulkner (Edhasa)
Quien se acerque a esta deslumbrante obra, atraído por el nombre de su traductor (Borges), más le valdría buscar el original en inglés. La traducción, sea del Borges que la firma o de uno de sus parientes como se rumora, es infame. Y aún así, entre sus metidas de pata imperdonables, se cuela la absoluta genialidad de una prosa que uno quisiera al mismo tiempo ser capaz de memorizar como ejercicio devoto y dejar fluir como el río desbordado que arrastra a los prisioneros en una de las dos caras de su historia. Un libro que se lee aprisa y se termina agotado y sin aliento, acaso para ávidamente volver a empezar.
Veneno de tarántula de Julian MaclarenRoss (La Bestia Equilátera)
Apenas una introducción a un escritor injustamente olvidado, y que de alguna manera representó una de las voces posmodernas más interesantes de la literatura británica de la primera mitad del siglo veinte. Mientras el narrador cuenta sus desventuras en una desquiciada vacación en la campiña francesa, Maclaren destila ironía, un humor afilado y perverso y una prosa vertiginosa y adictiva. El romance y la camaradería como fachada trivial para esconder una visión desencantada y brutal sobre los seres humanos.
Anything you want (Portfolio)
de Derek Sivers
A medio camino entre el manual de autoayuda y la guía de consejos empresarial, Sivers redacta un manifiesto de una visión de negocios que ha redefinido la manera de trabajar en el mercado global. Sin embargo, en su lista de lecciones se esconde un testimonio inusual y crítica del propio fracaso que invita tantas preguntas como revelaciones.
222 Patitos y otros cuentos Falco (Eterna Cadencia)
de Federico
Un libro de cuentos divertido, inquietante y melancólico que gira alrededor del desencanto existencial que provoca la incapacidad de encajar en la vida que nos tocó. Y aunque algunos de sus personajes no consiguen mirar más allá de los barrotes de sus jaulas particulares, otros son capaces de encontrar su sitio justo, aunque este resulte incomprensible para los demás. Mi favorito del libro es “Un hombre feliz”, un relato con la complejidad narrativa de una novela poderosísima, trágica saga familiar incluida y; sin embargo no rebasa las diez páginas.
El último coyote (Ediciones B)
de Michael Connelly
Me sumergí en sus páginas aprovechando que la trama entera de este coyote es desperdiciada de pasada en un episodio de la por lo demás estupenda serie televisiva Bosch (de Amazon). ¿Será este la última gran novela de Connelly? Un autor que abandonó la ambición compleja de sus primeras novelas, que discutiblemente podrán considerarse entre las clásicas del noir de Los Ángeles. La simetría de los árboles de Verónica Llaca (Joaquín Mortiz), Bahía Blanca de Martin Kohan (Anagrama), Tropic of night de Michael Gruber (Harpertorch), El reverso de los demás de Kaouther Adimi (Xordica), Traiciones de la memoria de Hector Abad Faciolince (Alfaguara), The beautiful bureaucrat de Helen Phillips (H. Holt), La resurrección de los muertos de Wolf Hass (Siruela), Gambito Turco de Boris Akunin (Salamandra), La carne de Rosa Montero (Alfaguara), Cuerpo a tierra de Martín Kohan (Eterna Cadencia), Benediction de Kent Haruf (Knopf), El ojo de Vladimir Nabokov (Anagrama Compactos), Soldados de Salamina de Javier Cercas (Tusquets) y Nocturnes de Kasuo Ishiguro (Faber & Faber).