“Si Videgaray no puede, no sé quién pueda”
México tiene firmados 46 tratados comerciales; 80% de su comercio, sólo con EU
GABRIELA CUEVAS revela lo que considera el mayor acierto en política exterior de México en los últimos 20 años: la participación de México en misiones de paz en el mundo.
Un día después de la llegada de Luis Videgaray a la torre de la Cancillería, platica con El Economista sobre el rol geopolítico de México, la relación con Estados Unidos y las actividades que desempeña como presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado.
¿Cuál es el papel geopolítico de México? No es un game changer de política en el mundo.
¿Qué necesita para serlo?
Necesitamos de un gobierno que se atreva a tener posturas.
En México la gente está globalizada en marcas de coches, ropa y equipos de futbol. ¿Por qué no lo está en el ámbito político?
Sí lo está pero cuando le comentas que vas a hacer una reunión parlamentaria con japoneses te cuestionan y reclaman el hecho de que no te fijes en los problemas que tiene la colonia en la que viven.
La mayoría de los políticos ven a la SRE como un ente costoso y prescindible
La política exterior es una inversión.
Nuestra política exterior se reduce a Estados Unidos, se correlaciona con el comercio. Sí. Por ejemplo, son 46 países con los que tenemos tratados de libre comercio, pero hay una concentración de 80% en uno (Estados Unidos). Para nosotros, EU representa entre 25 y 28% de nuestro PIB. Nosotros para EU representamos alrededor de 1.5%. Nada.
¿Cuál es el mayor acierto de la política exterior mexicana en los últimos años? Desde hace 20 años, la incorporación de México en misiones de mantenimiento de paz en el mundo. Estaba Pepe Meade como canciller.
Sin embargo, el Ejército viola la Constitución porque requiere pedir autorización al Senado cada vez que salen militares del país, y no lo hace. Si no respeta a las instituciones, qué podemos esperar de las personas que detiene.
¿Cómo se encuentra la relación MéxicoEstados Unidos?
En un mal momento y no lo hemos querido ver. Es como un matrimonio mal entendido. Firmamos el matrimonio hace unos 20 años (TLCAN) y nunca nadie volvió a hacerle caso al otro. Nos casamos, están las inversiones, están los hijos pero no te mando ni florecitas.
¿Qué tuvo que haber sucedido?
México dejó de cabildear porque pensó que la relación funcionaba en una inercia y ni las relaciones humanas ni las relaciones políticas funcionan así.
Obama prometió un informe sobre el es- pionaje de la NSA al entonces candidato Peña Nieto.
México no pide a EU respeto en materia de legalidad ni en derechos humanos.
¿La llegada de Luis Videgaray a la Cancillería genera una esperanza para amortiguar las amenazas del presidente electo Donald Trump?
Confío en que Luis Videgaray pueda hacer mucho más de lo que se ha hecho en los últimos años. Si Videgaray no puede, no sé quién pueda. La idea que tuvo Videgaray de invitar a Trump durante la campaña se convirtió en un desacierto a corto plazo pero un acierto a mediano plazo.
A mí no me gustó el formato de la visita de Trump a México. Lo único bueno de esa visita fue el episodio de diálogo.
No es mala idea elegir a alguien que tenga interlocución con quien no nos quiere. A mí no me sirve como país alguien que no se lleve bien con esta persona (Trump). Quiero a alguien a quien le guste entender contenidos, que tenga la capacidad de generar un proyecto de futuro en una secretaría que desde hace 20 años ha estado en inercias porque no han querido invertir un peso.
¿Qué requiere la SRE?
Requiere reordenarse, nuevas prioridades. Ser mucho más incluyente.
¿Qué actividades has realizado desde la presidencia de la Comisión de Exteriores? La primera delegación política de Irán que ha venido a México desde hace 36 años yo la organicé.
Hemos apostado porabrir puertas donde México las tenía cerradas. Por ejemplo, Kazajistán. Es un importante productor de uranio, gas y petróleo. Hemos incrementado los contactos con ellos. También en el Cáucaso.
Sobre África, es necesario ampliar la agenda. México solo tiene 8 embajadas en ese continente. Mientras que países como Cuba y Brasil, tienen más de 30.