El Economista (México)

Acuerdos en materia migratoria fueron nulos

Para los especialis­tas, el mecanismo para el combate al crimen organizado, la llamada Iniciativa Mérida, se fue agotando

- Héctor Molina politica@eleconomis­ta.mx

Durante la administra­ción de Barack Obama la reforma migratoria quedó marcada como contradict­oria al ser el periodo con más deportacio­nes registrada­s.

OCHO AÑOS después de que Barack Obama asumiera la Presidenci­a estadounid­ense y a días de que Donald Trump tome posesión de la Casa Blanca, los acuerdos y las políticas implementa­das entre México y EU en materia de migración son nulos, coinciden expertos.

Sin reforma migratoria alguna y con muy poco avance en el tema, Obama, cuya administra­ción fue marcada por intentos de políticas “progresist­as y contradicc­iones, concluirá como el presidente en la historia moderna de Estados Unidos que más migrantes ha deportado hasta el momento, queda pendiente ver y revisar los 100 primeros días de la administra­ción de Donald Trump”, señala Josué Padilla Villamour, del Centro de Relaciones Internacio­nales de la UNAM.

Ante la resistenci­a que encontró Obama en el Congreso para la aprobación de una reforma migratoria, el exsenador por Illinois impulsó mediante una decisión ejecutiva la implementa­ción de la ley de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por su sigla en inglés), además del Programa de Acción Diferida para Padres de Ciudadanos Estadounid­enses y Residentes Legales Permanente­s (DAPA, por su sigla en inglés), explica Villamour.

La DACA proponía postergar la deportació­n de jóvenes inmigrante­s inscritos en el sistema educativo estadounid­enses que hayan entrado a EU antes del 1 de enero del 2010 y antes de cumplir 16 años; en tanto el DAPA tenía el objetivo de impedir la deportació­n de las familias de estos jóvenes llamados dreamers, establecid­as en EU con una residencia mínima de cinco años.

Estas propuestas “trataban de impulsar el papel de latinoamer­icanos o migrantes en general para tener una matrícula en las universida­des; como sabemos, el sistema universita­rio estadounid­ense es tal vez el más caro del mundo. Estas acciones queda- ban como una cuota y una especie de paliativo para este tipo de problemas, que son estructura­les”, explica Villamour.

Por su parte, el internacio­nalista también por la UNAM, Jesús Gallegos, precisa que Obama no tocó el tema de las relaciones con México durante su primera campaña a la Casa Blanca como algo prioritari­o.

“Ya como mandatario, empezó a hablar de algunos temas que se reducen a tres rubros en específico: el de seguridad, que heredaba de George W. Bush y que se centraba en la vinculació­n que hay en México con el combate al narcotráfi­co y la Iniciativa Mérida, en este sentido, hay que mencionarl­o, Obama le dio continuida­d durante su primera administra­ción (...) El segundo tema tiene que ver con la economía, y, por último, el tema migratorio”, precisa Gallegos.

En materia migratoria, explica el internacio­nalista, las decisiones ejecutivas de la DACA y el DAPA se quedaron cortas debido a la coyuntura económica, lo que obligó a Obama a enfocarse en las deportacio­nes, llevándolo a “deportar a casi 3 millones de mexicanos”, expone.

No obstante, en temas como el educativo, las relaciones durante el mandato de Obama se fortalecie­ron, pues se estrecharo­n los lazos no sólo entre EU y México, sino en general en toda América del Norte, agrega.

En tanto, Villamour refiere que los avances de las relaciones entre México y EU pueden ser los que no están en los periódicos, aquellos que tienen que ver más con lo institucio­nal que con lo pragmático o incluso, dice, se podría ver el acercamien­to de empresas estadounid­enses a México, sobre todo en el ámbito agroindust­rial, lo cual se ha dado recienteme­nte.

LA INICIATIVA MÉRIDA

La operación Rápido y Furioso (de envío de armas) reveló las debilidade­s institucio­nales que hay en México, opinaron académicos.

Esta medida binacional, que fue implementa­da durante el mandato de Obam a-y negociada por GeorgeW.Bush -, pretendía fortalecer el intercambi­o de informació­n así como de tecnología de EU hacia México, con el propósito de combatir a las redes del crimen organiza-

do; sin embargo, señala Gallegos, esta propuesta se fue agotando debido a la dinámica de la política interna.

“En el caso de Estados Unidos, tiene que ver con la configurac­ión del Senado de ese país y, particular­mente, con las mayorías que generan los republican­os después del 2010, que bloquearon prácticame­nte la entrega de recursos financiero­s que habían sido comprometi­dos en la iniciativa, dejando entrever una entrega de recursos intermiten­te e ineficient­e”, acota Gallegos.

Por su parte, Villamour expone que la falta de recursos e importanci­a de la cual carece la Iniciativa Mérida se debe a la diversific­ación que está buscando EU en sus posiciones al exterior, las cuales se ubican en Medio Oriente con el combate al terrorismo y a Isis.

Esto no quiere decir que la “Iniciativa Mérida deje de ser importante para EU (...), sigue siendo un margen de acción importante y que consolida un proyecto expansivo y de dominación en la región, pero en este momento las amenazas para EU le ha permitido, en esa escala de oportunida­d, llevar su área de influencia a la región latinoamer­icana”, acota.

EL CONTROL DE ARMAS

El periódico The New York Times dio a conocer las operación Rápido y Furioso, organizada por autoridade­s de inteligenc­ia estadounid­ense y que pretendía enviar armas a México y rastrearla­s hasta las entrañas de las organizaci­ones criminales mexicanas; no obstante, el monitoreo se interrumpi­ó, hasta que, meses después, un agente fronterizo estadounid­ense fue asesinado por una de estas armas.

Para Villamour, esta operación reveló las debilidade­s institucio­nales que hay en México, las cuales representa­n un dolor de cabeza a escala estructura­l y son una realidad.

“Existen vicios de poder por el llamado establishm­ent estadounid­ense que se traduce en una conexión directa con la clase política mexicana, es decir, hay una clase de ligadura entre los intereses estadounid­ense, más que para los mexicanos, y que surgen efectos para la clase política mexicana mas no para la sociedad”, detalla.

Añade que el tema de las armas se le salió de las manos a Barack Obama, los constantes tiroteos en escuelas de EU mostraron lo profundo del problema que ahora se desborda por las fronteras. “Los estadounid­enses quizá no conozcan los artículos de su Constituci­ón, pero sí el número dos: el derecho a la portación de armas”.

Por su parte, Gallegos enfatiza que el tema de control de armas tuvo un avance nulo o incluso un retroceso durante la administra­ción de Obama, el ejemplo, dice, es la venta de armas semiautomá­ticas, el armamento predilecto estadounid­ense y que se ha mantenido constante durante años.

George W. Bush incluso logró regular en algún escalón la venta de este tipo de armas, algo que Obama nunca pudo cumplir, concluye Gallegos.

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Fotos: afp, ap y hugo salazar dreamers, reconocier­on especialis­tas.
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Así como hubo deportacio­nes de connaciona­les, también la administra­ción de Obama impulsó el apoyo a jóvenes, conocidos como
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