Las decisiones económicas deben tomarse en su debido contexto
El gran pecado del modelo neoliberal implementado en México es no poner las cifras en el contexto correcto
En México vivimos tiempos sin duda muy difíciles. Nuestra moneda se ha depreciado de manera muy importante (más de 50% en los últimos dos años);el efecto Trump nos ha generado muchísima incertidumbre (debido a que nuestra economía es completamente dependiente de Estados Unidos), y a esto se le suman decisiones como el famoso gasolinazo, que ha exacerbado los ánimos de la población (como la “gota que derrama el vaso”).
No quiero entrar en polémica de si existen movilizaciones orquestadas por partidos o por otros intereses, no es el objetivo de esta columna hacer análisis político. Tampoco es mi papel justificar o no la decisión tomada por nuestro gobierno en términos puramente políticos o económicos.
Lo que sí me parece muy claro es que los encargados de la política económica de México toman sus decisiones basadas puramente en cifras macroeconómicas: la inflación, los datos de empleo o el crecimiento del PIB, pero parecen no entender la realidad que hay detrás de esas cifras, es decir, su contexto.
Alguna vez escuché al gobernador del Banco de México hablar del crecimiento del PIB per cápita en nuestro país; de hecho, incluyó una gráfica comparándolo con el de otros países, en términos de dólares. Esa cifra no era tan mala y se veía un crecimiento sostenido en los últimos años.
Pero también sabemos que la riqueza en nuestro país está terriblemente concentrada en un porcentaje ínfimo de la población. Intenté hacer la pregunta, pero no fue leída por el moderador: ¿Cuál sería el PIB per cápita si quitáramos a 3% de las familias más ricas de este país? ¿Cómo compararía entonces?
Yo no creo, ni siquiera, que tengan ese cálculo. Las cifras acumuladas ciertamente muestran mejoría y las decisiones se toman con base en esas cifras. Pero si nos fuéramos un poco más a fondo en el análisis, si pusiéramos las cosas en otro contexto, quizá los resultados serían muy distintos y las decisiones económicas que se debieran tomar como resultado de esas cifras, también.
Desdemi percepción, el gran pecado del modelo neoliberal implementado en México desde hace muchos años, es precisamente no poner las cifras en el contexto debido.
Desde luego, los instrumentadores buscan siempre mostrar un crecimiento en cifras, para poderse vanagloriar de su éxito. Pero la realidad de la gente, de la mayoría de los ciudadanos (incluyendo muchos empresarios), es completamente distinta: ganarse la vida cada día es más difícil.
Se nos olvida que la economía no es una ciencia exacta, sino una ciencia social. Los modelos, cuando se implementan, no siempre se producen los mismos resultados (los produciría si todas las demás condiciones sociales y humanas permanecieran constantes, o como los economistas dicen: caeteris paribus). Pero esto no es así. De ahí la importancia de entender la realidad subyacente y cómo puede afectar a los supuestos del modelo o análisis que se esté haciendo. De poner las cifras en el contexto debido.
Se nos dice que la responsabilidad de mantener cifras macroeconómicas sanas, un nivel de deuda aceptable, entre muchas otras cosas, implica a veces tomar decisiones difíciles (como el gasolinazo). Ahí sí se habla de que es una situación que obedece a precios internacionales, es decir, al mercado.
Pero en otras situaciones no se habla del mercado (hay enormes contradicciones). Por ejemplo, se dice que “no se permitirán incrementos no justificados en los precios de bienes y servicios”. Entonces no entiendo nada. ¿Qué no se supone que nuestra economía es de libre mercado, que no hay control de precios, que los mismos se determinan por la libre competencia y la oferta y demanda? ¿Quién decide cuándo un aumento es justificado y cuándo no?
Si la economía mexicana fuera realmente de libre mercado, no habría necesidad ni siquiera de plantearlo. La libre competencia entre distintos productores ycomerciantes es, de hecho, el mejor blindaje contra los abusos (por lo menos es lo que dice la teoría económica).
En cambio se hacen otras cosas. Hoy, por ejemplo, se anunció un “pacto” en apoyo a la estabilidad y a la economía familiar con presencia de representantes del Gobierno, de los empresarios y de los trabajadores (sindicatos), que se parece mucho a los “pactos” que implementó Carlos Salinas de Gortari en su sexenio—en un contexto radicalmente distinto— en la década de los 80.
Curiosamente, la ceremonia fue hecha al más viejo estilo político mexicano.
Todos los discursos empezaron con un “espaldarazo” al presidente, quien tiene una imagen sumamente deteriorada, además de buscar transmitir una cierta “unión” entre los distintos sectores de la sociedad ante estos “tiempos difíciles”. Habrá que ver cómo reacciona la gente. Al tiempo.
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