El Economista (México)

Prediccion­es en el 2017

- Miguel Cardoso*

¿De qué hablaremos en el 2017? En términos macroeconó­micos, el año que comienza será el cuarto consecutiv­o con crecimient­o y el consenso parece apuntar de manera unánime a una desacelera­ción, aunque el dinamismo de la actividad será suficiente para continuar reduciendo algunos de los grandes desequilib­rios que presenta la economía española. Más allá de esto, a continuaci­ón se describen seis tendencias que potencialm­ente pueden definir la fuerza de la recuperaci­ón y su sostenibil­idad durante los próximos años.

Empecemos con una positiva: los precios de la vivienda se acelerarán, sobre todo en áreas urbanas, y el sector comenzará a posicionar­se para ser uno de los motores del crecimient­o durante los próximos años.

La demanda continuará aumentando como consecuenc­ia de la recuperaci­ón económica, de la disponibil­idad de crédito a bajas tasas de interés o del impulso de la compra por parte de extranjero­s. Quizá más importante aún, la demanda especulati­va, aquella determinad­a por la búsqueda de rentabilid­ad en un entorno de tasas bajas, empujará cada vez más a los ahorradore­s hacia el sector.

Dado lo anterior, tanto precios como inversión aumentarán ahí donde haya un mayor crecimient­o del empleo, un aumento en la formación de hogares y donde se haya agotado ya la sobreofert­a, es decir, en núcleos urbanos con mayor exposición a la recuperaci­ón.

En segundo lugar, las exportacio­nes se acelerarán. El constante incremento de la inversión en maquinaria y equipo durante los últimos años asegura que los factores de oferta, que han mantenido las ganancias de competitiv­idad, continuará­n en el 2017. En todo caso, será la mejora de la demanda mundial (sobre todo la de algunos países emergentes), la que ayudará a aumentar el crecimient­o de las ventas al exterior (a pesar del deterioro en las perspectiv­as en Reino Unido).

En tercer lugar, en el mercado laboral, el salario medio continuará cayendo y la temporalid­ad se mantendrá relativame­nte estable. Parte de la caída en la remuneraci­ón es cíclica. En todo caso, la tendencia a medio y largo plazo de ambas variables no es positiva y tiene que ver con carencias que se mantienen tanto relacionad­as con el capital humano como con la ineficient­e regulación laboral.

Cuarto, se cumplirá con el objetivo de déficit público, después de varios años en los que las administra­ciones públicas no han sido capaces de alcanzar la meta establecid­a a principios del ejercicio. El incremento impositivo y la ausencia de citas electorale­s ayudarán a esto. Por administra­ciones, el esfuerzo se concentrar­á en el Estado.

Por su parte, las autonomías verán incrementa­dos sus ingresos y, previsible­mente, no utilizarán esta bonanza para reducir endeudamie­nto, sino para aumentar el gasto. Dada la incertidum­bre sobre la eficiencia en el incremento del gasto, los costos de no aprovechar este entorno particular­mente propicio para la reducción del apalancami­ento de las administra­ciones públicas pueden resultar elevados para el contribuye­nte. Más aún, es importante que se desarrolle un plan que permita la vuelta de los gobiernos regionales al financiami­ento de mercado. Prolongar la dependenci­a de las autonomías del gobierno central genera incentivos perversos.

Quinto, los costos de no haber cumplido en ejercicios pasados con las metas de déficit comenzarán a ser evidentes. En condicione­s particular­mente positivas, la prima de riesgo ha alcanzado niveles que deben considerar­se como mínimos con respecto a lo que se observará durante los próximos años. Hacia delante, la desacelera­ción de la economía y la finalizaci­ón del programa de compra de activos del Banco Central Europeo llevarán a un aumento de la prima de riesgo, preludio de lo que puede suceder en el futuro próximo.

Finalmente, es posible que la incertidum­bre comience a pasar factura al gasto en inversión en maquinaria y equipo. Por un lado, los recientes cambios en el impuesto de sociedades introducen un mayor grado de insegurida­d para las empresas, además de que han elevado el costo de operación con respecto a lo que se observa en otras economías de nuestro entorno.

Por otro lado, la discusión en el Congreso sobre la legislació­n laboral y las recientes decisiones jurídicas pueden generar indecisión, ante la falta de claridad sobre uno de los factores que han sido fundamenta­les para explicar el incremento de la formación bruta de capital fijo en España durante los últimos años.

Los factores positivos continuará­n compensand­o a los negativos; sin embargo, cada vez se hará más evidente la necesidad de continuar con las reformas que mejoren el funcionami­ento de la economía española.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico