Mil ejemplos de experiencias de economía social
En todos los países se multiplican proyectos sociales pero éstos pasan inadvertidos
Contrarrestar la dinámica económica centrada en maximizar las ganancias es una tarea ingente y con poca viabilidad. La macroeconomía —también la microeconomía— está diseñada para extraer a los productores, en particular a los pequeños, sus escasos márgenes de ganancias. Gran parte de las microempresas en el mundo apenas sobreviven. El entorno tiende a privilegiar marcas “conocidas”, negocios “grandotes”, cadenas comerciales.
Existe paralelamente un mundo poco visible, discreto, enfocado a potenciar los micronegocios desde una perspectiva social y solidaria. En todos los países se multiplican proyectos sociales, mas por su escala pasan inadvertidos. Cada vez contamos con una mayor información de este mundo soterrado. Gracias a un esfuerzo extraordinario, los Encuentros de Mont Blanc, Foro Internacional de Dirigentes de Economía Social y Solidaria ha publicado el “Cuaderno de Iniciativas, 1,000 ejemplos de experiencias de economía social y solidaria”. Se recogen iniciativas de carácter local, generadoras de empleo, innovadoras y con un carácter modélico, capaces de transmitir aprendizajes, muchas verdaderas escuelas de “aprender haciendo”.
Las iniciativas elegidas cubren criterios como: a) apuesta por el desarrollo sostenible; b) transparencia y rendición de cuentas; c) capacidad institucional-duración en el tiempo y alcance de su acción; d) diversidad de modelos de negocios y sectores de actividad. Las experiencias han sido organizadas alrededor de ejes temáticos: agricultura, alimentación y medioambiente (aparece ahí México, tierra de amaranto); energía; administración del territorio y vivienda; negocios y servicios; servicios financieros y economía solidaria; proyectos multisectoriales con un enfoque sistémico; apoyo al desarrollo de la economía solidaria; ciudadanía y democracia; medios de comunicación, tecnología y arte; cooperación trasnacional. Surgido este esfuerzo en Francia, predominan proyectos provenientes de países francófonos, en particular del África. Sin embargo, todos los continentes están representados.
Conviene destacar tres características de este abanico de alternativas sociales: a) son realizados intencionalmente con y para transformar las condiciones depobreza, exclusión, marginación de millones de personas alrededor del mundo, de países del norte y del sur, del este y del oeste; b) tienen un componente económico y educativo. Hay una cada vez mayor conciencia, fruto del aprendizaje colectivo de muchos años, de que para transformar la sociedad hay que incidir en la economía cotidiana, acompañada de componentes educativos y formativos; c) incursionan en el ámbito de los negocios sociales, en los que importan más las personas que el dinero e intentan potenciar la organicidad como una palanca para tener mayor impacto en la vida de los participantes. Por tanto, predominan cooperativas y redes de asociaciones locales, nacionales e internacionales, todas ellas expresiones de una sociedad civil dinámica, comprometida y responsable por el futuro de la humanidad. Hay que mencionar que entre las más importantes experiencias, aparece Comercio Justo con Max Havelaar, surgida en México en 1988 y que dio origen al movimiento mundial del Comercio Justo. A principios del siglo XXI, Indesol apoyó un esfuerzo extraordinario para visibilizar experiencias mexicanas con las mismas características. Porque también en México hay varias decenas de experiencias excepcionales. Visibilizarlas es una tarea pendiente.