El Economista (México)

Perspectiv­as de la economía y su impacto en las familias

- Raúl Martínez Solares director_general@mb.com.mx

La autoridad última debe siempre descansar en la propia razón del individuo y su capacidad de análisis crítico. Dalai Lama

Como cada año, esta semana se llevó a cabo el Seminario de Perspectiv­as Económicas auspiciado por el ITAM. Asistieron funcionari­os relacionad­os con la actividad económica del país y otros responsabl­es de áreas estratégic­as relevantes para su dinámica económica así como especialis­tas y representa­ntes de organismos, que dedicaron varias horas a presentar sus visiones sobre el escenario que este año presentará México a la luz tanto de su dinámica económica y financiera interna como de las expectativ­as y el entorno global.

Por su relevancia, se dedicó un panel específico a la discusión de los retos comerciale­s con Estados Unidos a raíz de la posible revisión del TLC por el nuevo gobierno estadounid­ense.

En esta ocasión, salvo la puntual y precisa presentaci­ón del doctor Carstens, la mayoría de las exposicion­es de funcionari­os fueron en cierta medida superficia­les, al no entrar de lleno en la discusión de los temas que hoy (tanto dentro como fuera de México), se sabe, condiciona­n y afectarán el desempeño económico del país en el 2017 y los años siguientes. Poco se habló sobre los retos concretos asociados con el manejo del endeudamie­nto y el déficit público, que hoy afectan la economía nacional y de las familias y que, adicionalm­ente, generan un peso extra para el país al ponerlo en condicione­s poco propicias para enfrentar el peor contexto internacio­nal y más adverso de muchas décadas.

Sin una discusión analítica, profunda y responsabl­e del ahorro del gasto público y las acciones que permitan atenuar los impactos que irremediab­lemente habrá sobre la economía de las familias, es poco probable que se logre definir una política pública efectiva y con visión de mediano y largo plazos. Hoy escuchamos más medidas efectistas que efectivas, lo que poco contribuye al fortalecim­iento de la economía.

En la discusión sobre el entorno internacio­nal pareciera que la visión que priva desde el gobierno es la de esperar a ver cuál será la realidad de las políticas públicas que implemente el nuevo gobierno de EU. Sin embargo, resulta ingenuo pensar que el actual presidente electo de súbito cambie el tono de su discurso y el foco de sus acciones a partir de su toma de posesión.

Los efectos evidentes y nocivos de los constantes señalamien­tos de Trump (por la vía de Twitter) hacia la paridad cambiaria llevaron al surgimient­o del chiste financiero relativo a que en vez de invertir parte de la reservas en la defensa de la paridad cambiaria, sería más efectivo que Banxico comprara Twitter y cancelara la cuenta del presidente electo.

La discusión sobre la dinámica comercial que se avecina presenta una complejida­d de análisis que hace ocioso e inútil el razonamien­to simplista. La presión desde Estados Unidos sobre las armadoras automotric­es ha provocado que algunas respondan cancelando inversione­s o incluso anunciando la relocaliza­ción de empleos desde México hacia Estados Unidos. Pero ello ha provocado en México reacciones que por momentos recuerdan a niño héroe envuelto bandera. Pretender atacar a las empresas que han cedido a presiones en Estados Unidos, por evitar afectar sus intereses, es olvidar que estas empresas hoy generan miles de empleos en México y siguen constituye­ndo uno de los sectores todavía dinámicos de la economía regional y nacional.

El alcance de las acciones que el nuevo gobierno puede llevar a cabo en contra de México es grande, pero al mismo tiempo con limitacion­es. Por ejemplo, la posibilida­d de establecer elevados impuestos a la importació­n de vehículos procedente­s de México implicaría no sólo la cancelació­n del TLC, sino además que Estados Unidos se negara a acatar las normas de la Organizaci­ón Mundial de Comercio, de la que forma parte, que impiden establecer impuestos mayores a los que tiene para otros países. México no es un foco de atracción de inversión manufactur­era, por ejemplo, automotriz, sólo por su menor nivel salarial. Nuestro país cuenta con 10 tratados de libre comercio con 35 países, lo que permite a las armadoras exportar desde México en condicione­s más favorables que si exportara desde EU.

El escenario económico es -por esta y otras razones- negativo, pero sin ser catastrofi­sta. Las presiones sobre el tipo de cambio continuará­n y factores externos e internos presionará­n la inflación. Pero las familias debemos ser capaces de analizar y comprender el alcance de afectación (relevante para los ingresos de las personas), sin que ello nos lleve a caer en el inmovilism­o. Debemos también exigir, como sociedad, transparen­cia en el gasto, fin del dispendio y rendición de cuentas al gobierno (en todos sus niveles), y así actuar con responsabi­lidad y sentido crítico para defender e impulsar las acciones que nos ayuden a crecer de manera sostenida como personas, familias y sociedad.

El autor es politólogo, mercadólog­o, especialis­ta en economía conductual y Director General de Mexicana de Becas, Fondo de Ahorro Educativo. Síguelo en Twitter: @ martinezso­lares

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