El Economista (México)

Los Ángeles 2024, un camino

EL COI DEFINIRÁ ESTE OTOÑO LA SEDE DE LOS JUEGOS 2024. EL TERRITORIO QUE MÁS RECHAZA A TRUMP, CALIFORNIA Y LOS ÁNGELES, LE PUEDE DAR UN IMPULSO A SU GOBIERNO

- Ivan Pérez EL ECONOMISTA

- “COMO presidente de Estados Unidos no puedes viajar a Europa para conseguir la sede de los Juegos Olímpicos y no saber qué va a pasar. Si haces un posicionam­iento en nombre del país y pierdes, y no sabías antes que no ibas a ganar, pues entonces eres un incompeten­te”.

Donald Trump sale detrás de la cortina y tira una de sus muy típicas sonrisitas. Avienta los labios ligerament­e hacia un costado, te mira, como que cierra los ojos y, sin decirlo, te restriega que él es el mejor. Luego señala directamen­te a uno de los chicos que lo apoyan en el mitin y aprieta el puño. The superstar arrives… ok? Es 25 de abril del 2016, y todavía el mundo se tomaba como un disparate lo que veremos hoy: su investidur­a como presidente de los EU.

“Todos lo han olvidado, pero hace algunos años el presidente (Barack Obama) viajó a Europa para hacer un posicionam­iento para ganar los Juegos Olímpicos y que regresaran a EU, eso es fantástico, me encanta. Pero si eres el presidente de EU y vas a hacer una presentaci­ón, no puedes regresar sin ganar, no puedes”.

Trump llena la Mohegan Sun Arena con 10,000 personas que llevan carteles con su nombre y vociferan a su favor. Hoy 1,000 millones de personas lo verán por televisión confirmars­e como el hombre que dirige la nación más poderosa del mundo. Y, en septiembre de este año, puede apuntarse una de las victorias más deseadas de cualquier mandatario en el mundo: tener la sede los Juegos Olímpicos 2024.

Los Ángeles, California -uno de los sitios donde más lo repudian-, puede otorgar una de sus más grandes victorias políticas si ganan la organizaci­ón de los Olímpicos.

El doctor y docente de la Universida­d Iberoameri­cana Erasmo Zarazúa, internacio­nalista y experto en temas deportivos, dice que los “Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2024 pueden darle un mensaje político y un espaldaraz­o a Donald Trump (…) con el lema que siempre ha proclamado: ‘Hay que hacer América grande otra vez’”.

En otoño de este año el Comité Olímpico Internacio­nal (COI) decidirá dónde se realizarán los Juegos Olímpicos del 2024: París, Budapest o Los Ángeles. Hace algunos meses –después de que fue electo- Trump realizó una llamada telefónica al presidente del COI, Thomas Bach. “EU apoyará a Los Ángeles”.

“Recibir eventos internacio­nales puede mostrar al mundo que las naciones o las ciudades son los guardianes de las normas y valores universale­s”, concluye el estudio Sportpower, Sports Mega-events. Eso da credibilid­ad a un gobierno o un sistema.

El aliado de Trump, Vladimir Putin lo ha hecho en Rusia como una política de Estado: Mundial de futbol, Juegos Olímpicos de Invierno, Mundial de Hockey sobre hielo, Mundial de Atletismo, Fórmula Uno, etcétera.

“El gobierno lo ha tomado (al deporte) como una de sus medidas principale­s para promover la imagen del país”, dice Michael Neweity, profesor de la Universida­d de Duke.

Desde Atlanta 1996, Estados Unidos no tiene una sede olímpica; aquel discurso del 25 de abril del 2016, cuando Trump llamó “incompeten­te” a Barack Obama, fue porque viajó para ganar la sede de los juegos que finalmente se organizaro­n en Río el año pasado, y regresó con las manos vacías. “Para ser sinceros, fue la primera gran derrota internacio­nal de Obama”, reflexiona el doctor Erasmo Zarazúa.

No es poca cosa tener los Olímpicos. Es recibir al mundo: lo hizo Adolfo Hitler con Berlín en 1936; fue un arma determinan­te en la batalla de propaganda e imagen en plena Guerra Fría (Moscú 1980 y Los Ángeles 1984); fue mostrar el poder de China (Beijing 2008) y la popularida­d y carisma de la Gran Bretaña de Tony Blair (Londres 2012). “Es una de las grandes herramient­as políticas que hay en la actualidad”, relata el documento Aspects of the Olympic Games.

Para el profesor Neweity, lo que ha hecho Vladimir Putin con los megaevento­s es mandar un mensaje: “Rusia está de regreso”. Y Trump nos lo ha repetido hasta el hartazgo: “Devolveré a Estados Unidos su grandeza”. No hay duda: Los Ángeles 2024 es un camino para lograrlo.

“He estado en cientos de programas de televisión, he visto lo exitoso que pueden ser, tengo negocios en muchas partes del mundo y sé los efectos de los medios y los mensajes”, dijo Trump aquel día en la Mohegan Sun Arena antes de incluso ganar la nominación como candidato por el Partido Republican­o.

Donald fue uno de los personajes que apoyaron la candidatur­a de Nueva York para ganar la sede de los JO del 2012. Una de sus aportacion­es fue dar el espacio estelar en televisión del final de la tercera temporada de la serie The Apprentice (2005). El programa –que se transmitía en la NBC- tenía la intención de que varios hombres de negocios selecciona­ran a los mejores hombres y mujeres.

En el último episodio dos chicas compitiero­n en la final para desarrolla­r eventos de las compañías de Play Station y el comité organizado­r de Nueva York 2012. Las palabras favoritas de Trump en el programa eran: you

are fired. Aquella vez perdió el equipo que elaboraba el evento olímpico, meses después, ni siquiera llegó a la votación final para ser elegido como sede. New York were fired. -Si se respeta la carta olímpica, los valores del olimpismo, los discursos de igualdad, ¿Los Ángeles tiene pocas posibilida­des para ganar la sede… no? –Sí, pocas —dice Erasmo Zara

zúa—, pero también el Comité Olímpico Internacio­nal nos ha sorprendid­o con decisiones como lo que ocurrió en Atlanta 1996, primero porque era el centenario y no la dieron a Atenas y después porque fue una de las zonas donde más discrimina­ción afroameric­ana ha existido, y el COI se los dio como a manera de perdón y de reconcilia­ción.

Los Ángeles se enfrenta a la capital húngara, Budapest, que a meses de realizarse la elección de la sede en Lima, Perú, algunas ONG piensan realizar un referéndum para detener la candidatur­a y los altos costos; también se verá las caras con París, una

Consideran­do nuestra situación política actual, no creo que la NBA tenga mucho qué decir o hacer mucho para decidir qué es lo que va a pasar entre México y Estados Unidos. No creo que Donald Trump va a preguntar”. Gregg Popovich, coach San Antonio Spurs. Es verdad que la forma de hablar (de Trump) a mí no me gusta porque no es el estilo que aprecio, su forma de expresarse (...) Como no soy de un perfil arrogante, no es mi estilo”. Rafael Nadal, tenista español. No veo que eso (la victoria de Trump) cambie nuestra perspectiv­a en nada. Para nosotros, esto es acerca del futuro, continuar creciendo y alcanzando más fans (…) Esto no es política. Esto es acerca de unir a la gente. Yo creo que verás a fans en México disfrutand­o del deporte favorito de América, el futbol americano, y eso es algo grande para nosotros”. Roger Goodell, comisionad­o de la NFL.

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