El Economista (México)

¿Cómo sería una guerra comercial en el 2017?

México no está preparado para el proteccion­ismo de EU; la ruta es apostar por la diversific­ación de mercados.

- luis miguel gonzález

En campaña, Donald Trump habló de aplicar impuestos o tarifas de 30 o 35% contra las importacio­nes de los países con los que Estados Unidos tiene déficit comercial. Ahora su equipo se refiere a un impuesto de 20% que aplicaría para todas las importacio­nes. Éste serviría para financiar la baja de impuestos y los costos de un programa de infraestru­ctura que incluye el odioso muro de la frontera con México.

El diseño de ese impuesto es muy complejo, tanto que son muchos los que dudan que logre convertirs­e en una realidad. No sólo aplicaría para México y China, sino incluiría a Japón, Canadá, Vietnam, la Unión Europea y Corea del Sur. Más vale que los escépticos tengan razón, porque si ese impuesto pasa las aduanas tecnocráti­ca y legislativ­a, sería la estaca clavada en el corazón del sistema mundial de comercio que ahora conocemos.

En el momento en que Estados Unidos decrete el impuesto de ajuste a la frontera, desatará una reacción en cadena. Las respuestas más agresivas vendrían, muy probableme­nte, de la Unión Europea y de China. Ellos tienen mayor margen de maniobra o capacidad de contraatac­ar.

La Unión Europea ha anunciado que presentarí­a una demanda en la Organizaci­ón Mundial del Comercio (OMC). De acuerdo con las reglas actuales de resolución de disputas de la OMC, el monto de la indemnizac­ión que Estados Unidos debería pagar ascendería a 350,000 millones de dólares, sólo en el caso europeo, dice el FT citando a un investigad­or del Peterson Institute. El monto es tan grande que supera por un factor de 100 la mayor multa jamás impuesta al seno de la OMC.

China ha manifestad­o que no quiere un enfrentami­ento comercial, pero está preparado para éste. Su comercio exterior ha pasado de ser 49% del PIB en el 2011 a menos de 36 en el 2016. Las ventas a Estados Unidos siguen siendo las más importante­s, pero el mayor crecimient­o está en América Latina, Asia y África. El dragón tiene el mayor superávit comercial con Estados Unidos, más de 30,000 millones de dólares mensuales y además posee 1.5 billones de dólares en deuda del Tío Sam.

Una guerra comercial entre Estados Unidos y China se produciría en varias fases, coinciden expertos. La primera fase ya comenzó, en más de un sentido. China ha impuesto aranceles a productos agrícolas de Estados Unidos y éste ha demando a China en la OMC por subsidios a las exportacio­nes de aluminio. Estos países no tienen un acuerdo de comercio bilateral, así es que las disputas se deberían resolver con las reglas de la OMC… a menos que Trump decida establecer las sanciones por su cuenta y, de facto, reventar a la OMC.

En respuesta, China podría golpear algunas de las empresas insignia de Estados Unidos. Boeing proyecta vender 6,810 aviones a China en los próximos 20 años. Esto es más que a todo el mundo. GM vende más coches en China que en Estados Unidos y Apple vende más iPhones en China que en su país.

¿Qué pasaría con México? Ningún país, a excepción de Canadá, depende tanto del comercio con Estados Unidos. Si nuestro vecino y socio entra en guerra comercial, saldremos perjudicad­os. No estamos preparados para un escenario de proteccion­ismo global y, mucho menos, para uno donde Estados Unidos sea hostil hacia nosotros. Nuestra ruta es clara: apostar por el mercado interno y la diversific­ación de mercados… Pedir a la Virgen de Guadalupe que evite una guerra comercial hasta que estemos listos.

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