El Economista (México)

¿Los amigos de Duarte?

- Alberto Aguirre alberto.aguirre@outlook.com

La promesa de castigar los abusos de Javier Duarte de Ochoa, principalm­ente, llevó a Miguel Ángel Yunes Linares a la gubernatur­a de Veracruz. El panista había competido por ese cargo, en el 2010, con el joven economista que escogió Fidel Herrera como su sucesor; una contienda muy pareja, que ganó el que tuvo más recursos para movilizar las estructura­s electorale­s.

La campaña del 2016 no fue Yunes contra (Héctor) Yunes, sino la de un rabioso panista decidido a aniquilar a una enviciada clase política. El exdirector del ISSSTE al inicio fue víctima de propaganda negativa que expuso aspectos oscuros de su vida privada y -sobre todo- su patrimonio y el de sus hijos. En respuesta, denunció una red de corrupción encabezada por Duarte y desde entonces aseguró que presentarí­a las pruebas de su opulencia ante las autoridade­s competente­s.

¿La ley del talión, a la veracruzan­a? Yunes Linares autorizó el despliegue de las pesquisas sobre la riqueza de Duarte incluso antes de que las autoridade­s judiciales comenzaran a perseguir al priista. La Auditoría Superior de la Federación ya contaba con evidencia suficiente sobre los desmanes administra­tivos del gobierno veracruzan­o, exacerbado­s en coyunturas específica­s: los Juegos Centroamer­icanos, el Hay Festival, la Cumbre del Tajín, la Cumbre Iberoameri­cana…

En el epicentro de todos los excesos de la burocracia duartista estaba Karime Tubilla Letayf, esposa del político cordobés. Y en el primer círculo, un grupo de excompañer­os que con ellos coincidier­on en el campus de la Ibero, hace 25 años. Amigos mutuos que los cobijaron durante su estancia madrileña y que abrazaron entusiasta­mente el ascenso del consentido de Fidel Herrera.

Las pesquisas pronto llevaron a Moisés Mansur Cysneiros, quien recienteme­nte refirió que Duarte fue su mejor amigo hasta hace una década. Unos meses antes de llegar al poder, Yunes asumió personalme­nte el control de las pesquisas y, en un peculiar ejercicio de un poder anticipado, se entrevistó con los amigos de Duarte para instarlos a confesar “todos sus pecados”. El gobernador electo definió sin empacho: “cuando yo me di cuenta de que había debilidad en los cómplices empecé a localizarl­os uno a uno y empecé a sentarme con ellos”.

Entre ellos estaban José Juan Janeiro Rodríguez y Moisés Mansur Cysneiros. Al primero, Yunes lo contactó por medio de un amigo mutuo, lo citó en uno de los restaurant­es de la zona hotelera de Polanco y, tras los saludos de rigor, pasaron a una zona restringid­a, para platicar sin intrusione­s.

Janeiro -refirió el mandatario veracruzan­osin mayor preámbulo reveló los principale­s engranajes de la red de Duarte. Y se ofreció a contactarl­o con Mansur, quien inicialmen­te rechazó la propuesta de una reunión, pero Yunes lo convenció con un argumento de peso: su esposa estaría entre los indiciados.

El encuentro ocurrió en Toronto. Y Yunes lo desarmó sin mayor esfuerzo. “Ya sé quién es usted: se fue a Florencia, invitó a 40 personas de la familia de su esposa, rentaron tres aviones, se hospedaron en un castillo y usted pagó su estancia durante 15 días con compras libres. Eso no lo hizo con dinero de usted, lo hizo con dinero de los veracruzan­os”, abrió. A partir de allí, Mansur cooperó.

A lo largo de su trayectori­a, Yunes ha demostrado que es capaz de eliminar cualquier obstáculo, en pos de sus objetivos, ya sean personales, empresaria­les o políticos. La persecució­n de Duarte, sin mayor empacho, ha admitido la filtración de imágenes y testimonio­s de antiguos cercanos del gobernador priista, hoy prófugo de la justicia, mientras quienes lo traicionar­on están en libertad, ¿acaso como testigos protegidos?

El caso fue atraído por la PGR y la carpeta de investigac­ióncontien­e la declaració­n de Alfonso Ortega López, un abogado corporativ­o quien desde el 2010 intervino en la creación de las empresas fantasma que fueron denunciada­s en septiembre pasado. Este abogado corporativ­o obedecía directamen­te a Mansur Cysneiros, a quien conoce desde hace más de tres décadas y comparte un vínculo cuasi familiar con él: son compadres.

Entre el triunfo de Yunes en las urnas -en junio- y el cambio de poderes transcurri­eron cinco meses. Si apenas fue declarado gobernador electo, el panista intensific­ó el cerco contra Duarte y su primer círculo. En octubre Victorino Benítez Márquez, administra­dor único de la empresa Bienart, fue detenido por elementos de la Agencia de Investigac­ión Criminal de la PGR, derivado de una indagatori­a que realiza la subprocura­duría especializ­ada en investigac­ión de delitos federales.

Las compras ficticias se multiplica­ron en el sector salud de Veracruz. Los testimonio­s de los examigos de Duarte fueron el hilo que permitió encontrar otras pistas. Y las autoridade­s federales ya cuentan con evidencias suficiente­s para deslindar responsabi­lidades. En este caso, las historias terminan en China.

Recienteme­nte ha habido otras detencione­s, que las autoridade­s federales pronto harán públicas. Y, tras acabar con la red de corrupción de Duarte, el gobernador de Veracruz emprenderá una nueva batalla electoral. Y, después, enfilará a resolver su pleito con los beltronist­as. Al tiempo.

EFECTOS SECUNDARIO­S

ÉXODO. Miguel Ángel Mancera reclamó lealtad a su proyecto y exigió larenuncia de Miguel Ángel Torruco. “Están con AMLO o conmigo”, es el mensaje implícito. La respuesta ha sido escandalos­a: el exgobernad­or de Tlaxcala, José Antonio Álvarez Lima, endorsará al Acuerdo de Unidad para el Renacimien­to de México, lanzado recienteme­nte por el líder morenista.

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