El Economista (México)

Paraguay, atractivo para la manufactur­a brasileña

La regulación laboral y fiscal del país favorece a las empresas

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La presencia de maquilador­as brasileñas en Paraguay se triplicó en los últimos cuatro años por su régimen impositivo flexible. Autoridade­s consideran que esto no es tan favorecedo­r para Paraguay.

BAJO LA administra­ción del ex empresario Horacio Cartes, un conservado­r que asumió la presidenci­a en el 2013, Paraguay se convirtió en un centro popular para las industrias manufactur­eras brasileñas, que huyen de impuestos y costos sociales y de la peor recesión en la historia.

El número de maquilador­as casi se triplicó en el país los últimos cuatro años, según cifras oficiales, con inversione­s mayormente de Brasil, lo que también ha despertado críticas.

Algunos analistas cuestionan el régimen impositivo flexible para los inversores y muchos brasileños reclaman para sí los puestos de trabajo que se crean en Paraguay.

Anthony Lisboa, secretario de relaciones internacio­nales de la Central Única de Trabajador­es de Brasil, denunció el sistema de "maquila", diciendo que depende de "trabajo esclavo" e indicó que estaba tratando de fortalecer la oposición en Paraguay, un país que carece de la tradición sindical de su país.

"La industria automotriz de Estados Unidos tiene el mismo asunto con México: están moviendo la producción a un país donde las leyes permiten peores condicione­s laborales", dijo Lisboa.

El Gobierno del conservado­r Cartes, quien asumió la presidenci­a en el 2013, ha promovido agresivame­nte en el exterior la Ley de Maquila de 1997, que exime a las industrias de todo impuesto con la excepción de un único tributo de 1% sobre el valor agregado en territorio nacional. Paraguay también tiene una ley llamada 60/90 que establece incentivos fiscales para la inversión extranjera.

El representa­nte del Banco Interameri­cano de Desarrollo (BID) en Paraguay, Eduardo Almeida, aplaudió otras iniciativa­s de Cartes, como una ley que garantiza contratos por 20 años. "Es muy importante que la gente sepa que esto es a largo plazo", dijo.

Si bien el salario mínimo es casi igual en ambas naciones, Almeida calculó que el costo de la mano de obra es un 45% más bajo en relación con Brasil y los impuestos que en Brasil son de 36% en Paraguay son de 3.5 por ciento.

El Gobierno de Cartes dijo que creó 21,333 empleos en la industria entre agosto del 2013 y diciembre del 2016, generando cerca de 900 millones de dólares en exportacio­nes. Pero a pesar de su contribuci­ón a la economía y a la imagen del país, muchos creen que se trata de un matrimonio no tan convenient­e para el pequeño Paraguay.

"Mientras más regímenes de excepción como la maquila tengamos o exoneracio­nes, entonces lo que estamos haciendo es privarle al fisco de algo que la propia inversión extranjera necesita, que es el financiami­ento de la infraestru­ctura”, dijo Fernando Masi, director del Centro de Análisis y Difusión de la Economía Paraguaya (CADEP).

Pese a las críticas, Cartes está comprometi­do con la política de bajos impuestos. "Si son tan importante­s los empleos ¿por qué no cuidamos bien a los empleadore­s?", dijo en la inauguraci­ón de una fábrica de una empresa brasileña. "Ese es el Paraguay en el que yo creo, cuidemos a quienes dan empleo".

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