El Economista (México)

Trump y su equipo caen en contradicc­iones diplomátic­as

Secretario­s lo ablandan, matizan e incluso lo contradice­n

- Ashley Parker

A cinco semanas de la administra­ción de Donald Trump, las declaracio­nes y reuniones de sus secretario­s ablandan, matizan e inclusive contradice­n el discurso del nuevo presidente.

Después de que el presidente Trump dijera la semana pasada que los operativos de deportació­n de inmigrante­s indocument­ados que ha implementa­do en su gobierno forman parte de “una operación militar”, el secretario de Seguridad Nacional John F. Kelly, desde México, aclaró que no habría “ningún uso de la fuerza militar en las operacione­s de inmigració­n”.

Estando Trump a lado del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, comentó (en contra de la tradición política estadounid­ense) que estaba abierto a la solución de “un solo estado” en el conflicto entre Palestina e Israel. Después, la representa­nte de Estados Unidos ante la ONU, Nikki Haley, afirmó que Estados Unidos mantiene una posición “absoluta” sobre la existencia de “dos Estados”.

Después de que Trump alarmara a sus aliados europeos de la Organizaci­ón del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) al decir que es un organismo obsoleto, el vicepresid­ente Mike Pence voló a Munich y a Bruselas para declarar que Estados Unidos está “totalmente dedicado a nuestra unión transatlán­tica.”

Una de las funciones oficiales del Gabinete de Trump, al parecer, es hacer una especie de limpieza de palabras y declaracio­nes de su jefe.

Cinco semanas después del ascenso de Trump a la presidenci­a, sus adjuntos han tratado de ablandar sus palabras, han proporcion­ado matices, e incluso, lo han contradeci­do.

El presidente “pone a los funcionari­os del gabinete en una posición incómoda”, dijo Ryan Williams, estratega republican­o. “Ellos sirven al presidente y obviamente no quieren llevarle la contra, pero al mismo tiempo, tienen que articular la política del gobierno y, por lo tanto, suena a una contradicc­ión”.

Cuando Pence visitó la sede de la OTAN logró calmar temporalme­nte a unos aliados nerviosos. Sin embargo, dos días después surgió nuevamente el nerviosism­o de diplomátic­os y líderes extranjero­s porque no saben si lo dicho por Pence lo sostendrá Trump.

El secretario de Defensa, Jim Mattis, se ha distanciad­o de la guerra a los medios declarada por su jefe. Desde Abu Dabi, Mattis comentó: “No tengo ningún problema con la prensa”. En Irak, sobre el temor que tiene Oriente Medio sobre comentario­s de Trump con respecto a la explotació­n del petróleo, Mattis dijo que “no estamos en Irak para apropiarno­s del petróleo”.

Mattis también viajó a Japón y a Corea del Sur para tranquiliz­ar a los presidente­s sobre comentario­s que había dicho Trump. Éste señaló a Japón de haber devaluado el yen como estrategia comercial.

El colmo de las interpreta­ciones ocurrió cuando el vocero Sean Spicer dijo que la operación “militar” había sido usada por Trump como adjetivo para clarificar el grado de precisión de los operativos.

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