El Economista (México)

Renovación en el INE

- Marco Antonio Baños* Twitter:@MarcoBanos

El pasado 21 de febrero se dio a conocer el acuerdo alcanzado por las fuerzas políticas representa­das en la Junta de Coordinaci­ón Política de la Cámara de Diputados, para emitir la convocator­ia por la que se va a desahogar el proceso con el que serán designados tres consejeros o consejeras electorale­s del Instituto Nacional Electoral, por un periodo de funciones que irá de abril del 2017 a abril del 2026. Es, sin duda, una buena noticia que esas reglas para elegir consejeras y consejeros hayan generado el consenso que replica un esquema de evaluación de aspirantes a cargo de expertos que deberán, a su vez, acreditar una trayectori­a independie­nte, ajena a favorecer colores partidista­s, a gobiernos o intereses que pudieran derivar en sesgos indebidos al momento de conducir el mecanismo para conformar las listas de posibles designacio­nes.

El modelo electoral mexicano tiene en el INE un órgano autónomo y colegiado que rige su actuación de arbitraje, administra­ción y logística comicial a partir de un consejo de 11 integrante­s, quienes deliberamo­s en sesiones públicas todas las decisiones con las que se aplica el marco legal vigente y se busca garantizar la vigencia de competenci­as democrátic­as y equitativa­s.

Esas decisiones se toman por mayoría calificada o simple en Consejo —dependiend­o el caso—, nunca de manera unilateral o secreta y por ello es parte importante en el diseño de funcionami­ento que las y los consejeros electorale­s se renueven con lógica de escalonami­ento periódico. De ahí que al conformars­e el Instituto en el 2014 hubo nombramien­tos de tres años, de nueve y de seis, permitiend­o que la curva de aprendizaj­e mantenga siempre perfiles con experienci­a en elecciones inmediatas junto a nuevos funcionari­os que garantizan una rotación constante, saludable y ordenada de la autoridad responsabl­e deconducir las elecciones.

Tras una actuación sobresalie­nte, en marzo concluye el periodo de tres años por el que fueron designados la consejera Beatriz Galindo, los consejeros Javier Santiago y Arturo Sánchez, cuando faltan apenas 16 meses para que celebremos una nueva votación para elegir presidente, diputados y senadores a nivel federal, así como para diversos cargos en 30 entidades. Un escenario inédito de coincidenc­ia en comicios locales en casi todo el país junto a una jornada de votación presidenci­al que vuelve imperativo y fundamenta­l contar con una autoridad completa, oportuname­nte integrada antes de la preparació­n de esas contiendas.

El mensaje de los diputados con las reglas para el proceso de designació­n es alentador, porque retoman el compromiso de cumplir con los plazos con candados para que se concluya el procedimie­nto incluso con una insaculaci­ón, de ser necesario.

Hace apenas unos años, para el otrora IFE se dificultab­a destrabar desacuerdo­s para nombrar consejeros cada que terminaba el periodo de los que estaban en funciones. Era la primera experienci­a del escalonami­ento que se adoptó con la reforma constituci­onal del 2007 y eso nos llevó a tener un IFE, en su última etapa de vida, con sólo cuatro integrante­s de nueve que entonces establecía la Constituci­ón pero que no se nombraban por falta de consensos en el método.

Hoy ha avanzado la convocator­ia y las reglas de evaluación a partir del consenso y con un filtro que estará a cargo de especialis­tas de reconocido prestigio. La designació­n de ese grupo de expertos es clave para fortalecer la transparen­cia e imparciali­dad en el proceso que está en marcha.

No se entiende la historia de los organismos autónomos en México sin los buenos resultados que el IFE aportó a la consolidac­ión de rutinas verificabl­es y vigiladas para recibir y contar votos y hacer valer el sentido con el que se depositan en las urnas. Los consejos apuestan por transparen­cia de cada paso que dan, pesos y contrapeso­s ante cada argumento que contrasta visiones diversas de manera incluyente antes de cada votación.

Tendremos pronto tres nuevos integrante­s en el INE que al momento de sentarse en la mesa ya tendrán la responsabi­lidad de atender actividade­s de elecciones locales 2017 en Coahuila, Veracruz, Nayarit y el Estado de México, además del arranque formal del proceso 2018 que está a la vuelta de la esquina.

*Consejero electoral del Instituto Nacional Electoral.

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