Privado sin fines de lucro
Los modelos educativos con resultados de calidad merecen ser replicados y recibir recursos públicos.
En Estados Unidos, el modelo de escuelas privadas que ofrecen educación gratuita (charter schools) ha tenido notables casos de éxito. El modelo permite que escuelas operadas por el sector privado reciban recursos del gobierno para ofrecer educación que compita con la ofrecida por escuelas públicas. Con ello se busca complementar la oferta pública y que la competencia tenga un impacto positivo en los resultados educativos. En los casos más exitosos, las escuelas charter han incrementado significativamente el desempeño académico, la tasa de graduación de preparatoria y la tasa de continuación a la educación superior.
Sin embargo, el modelo por sí mismo no es garantía de calidad. A pesar de los casos emblemáticos de éxito, un estudio del Centro Nacional de Evaluación Educativa y Asistencia Regional, concluye que en promedio las escuelas charter no obtienen mejores resultados que las escuelas públicas aledañas. El estudio encuentra que las escuelas charter más exitosas se ubican en entornos urbanos densamente poblados y atienden a un mayor porcentaje de población de bajos recursos o con mayores rezagos educativos. Las escuelas charter menos exitosas fueron aquellas ubicadas fuera de entornos urbanos y con menor proporción de estudiantes de bajos ingresos.
La evidencia sobre casos de éxito y fracaso no resta méritos a la idea de que la participación del sector privado puede mejorar la calidad de la educación, pero sí debe alertarnos de que un mecanismo de financiamiento es sólo parte de la ecuación. El financiamiento no resuelve el problema de cómo lograr mejores resultados en entornos adversos. Algunos de los modelos exitosos más destacados se han expandido con base en la evidencia rigurosa sobre sus resultados. Esos modelos han logrado ser replicados internacionalmente y algunos ya operan en México con financiamiento privado para ofrecer educación gratuita en entornos desfavorables.
Las escuelas privadas sin fines de lucro enfocadas a ofrecer educación de calidad invierten en mejorar continuamente la calidad. Ése es el único objetivo con que fueron creadas. Mientras más aumenta la calidad, más personas están dispuestas a hacer donaciones que se reinvierten en seguir aumentando la calidad. Con los recursos adicionales se pueden pagar mejores maestros, mejores instalaciones y admitir más estudiantes sin recursos. Los modelos educativos que cumplan con esas características y ofrezcan evidencia sobre sus resultados son buenos candidatos para ser replicados y para recibir recursos públicos.