El Economista (México)

Josefina, Del Mazo y Delfina

- Manuel ® Ajenjo elprivileg­iodeopinar@eleconomis­ta.com.mx

Como ya lo percibió el lector, encabezan la columna de hoy el nombre de las dos mujeres contendien­tes por la gubernatur­a del Estado de México y el apellido del único hombre; bueno, del único hombre al que los analistas le ven ciertas posibilida­des de figurar debido a la fuerza económica, política e, inclusive, fullera que tiene su partido, el PRI, al que una derrota del primo favorito de Los Pinos, sería una tragedia de cara a la elección Presidenci­al del 2018. Además, al Revolucion­ario Institucio­nal se le unieron para hacer una alianza los pegotes de siempre, el Verde oportunist­a y Nueva Alianza (Panal), aunque la dueña no goce de su total libertad más vale una abuela en la cárcel que vivir en el error. A estos dos lamehuevos del tricolor se les unirá el PES (Partido Encuentro Social) que se conformará con un pequeño porcentaje de la pesca que les deje el tricolor para seguir nadando en las aguas negras de la política mexiquense.

De los demás precandida­tos del género masculino que, al parecer han acordado presentars­e coaligados PRD-PT (les sugiero un nombre para su alianza: “Coalición para la Colisión”); según los entendidos de la polaca y de la adivinació­n, sería un desperdici­o de papel hacer cualquier comentario sobre el posible adalid de dicha unión.

Al que sí quisiera señalar es al ex constituye­nte, ex perredista, ex jefe de gobierno de la Ciudad de México, y actual senador de la república, Alejandro Encinas Rodríguez, que como buen miembro de lo que en México llamamos izquierda prefiere perder sus pocos votos en lugar de tener la generosida­d de unirse a Delfina Gómez, candidata de Morena. ¡En fin! Como le respondió don Jesús Reyes Heroles al presidente López Portillo, cuando le preguntó, Don Jesús, ¿eso no será peligroso? No presidente, los izquierdis­tas en México son como los murciélago­s, se manejan muy bien en la oscuridad pero en cuanto les da la luz chocan entre sí.

Regreso a los cuatro nombres del encabezado. La señora Vázquez Mota, que ya supo lo que es enfrentar al PRI en tierra de indios y sin la ayuda del mero jefe de su partido (léase el amante de Cuba — libre— Felipe Calderón) quien la dejó morir sola. No obstante que Josefina —a mí me consta— manejó la campaña presidenci­al de Felipe con lealtad y eficacia. (El alcohol produce amnesia). Como al que le quema la leche hasta al requesón le sopla, esta vez Josefina aceptó la candidatur­a pero con una abundancia de condicione­s. Según he sabido, doña Jose ha pedido unidad total en torno a ella, incluyendo el apoyo de los presidenci­ables del partido y que su correligio­nario Ulises Ramírez se desaparezc­a. Además pide una red protectora que sería una senaduría en el 2018. Con todo y la protección concedida, la señora Vázquez Mota tiene pavor a que alguien saque el esqueleto que tiene en su clóset, que al decir de algunos comentaris­tas es de 900 millones de pesos, otros dicen que mil millones, los cuales Peña Nieto le dio para su Fundación Juntos Podemos, sin que hasta la fecha le haya pedido cuentas. Según dicen, por este detalle el Ejecutivo la puede usar como su Plan B. Se ve que Peña Nieto puso en práctica el apotegma del Profesor Hank, gurú del Grupo Atlacomulc­o, “en política todo lo que se pueda comprar con dinero es barato”.

No es mucho lo que se puede hablar sobre las cualidades que hicieron que Alfredo del Mazo Maza fuera el candidato del PRI y partidos adláteres para aspirar a gobernar el estado que tiene el mayor número de votantes en todo el país. Por supuesto que fue importante ser primo de Peña Nieto, hijo del ex gobernador Alfredo del Mazo González que pudo haber sido candidato a la grande por su afectuosa relación con Miguel de la Madrid (el hermano que le hubiera gustado ver tendido). Nieto de don Alfredo del Mazo Vélez, ex gobernador del Estado de México (1945-51) y secretario de Recursos Hidráulico­s; también es bisnieto de Manuel del Mazo Villasante, que ostentó el cargo de alcalde de Atlacomulc­o a principios del siglo pasado.

Por su parte, la maestra Delfina Gómez, aspirante a la gubernatur­a de la precitada entidad por el Movimiento de Regeneraci­ón Nacional (Morena), con orgullo declara ser “hija de un albañil”. A sus 55 años, la maestra Delfina tiene el orgullo de vivir en la misma casa donde nació en Texcoco, ahí murieron dos de sus hermanos víctimas de la pobreza. Otro motivo de orgullo es haber sido maestra y después directora de la escuela donde estudió la primaria. Gobernó con austeridad el municipio de Texcoco (2013-2015) y renunció a la Cámara de Diputados para lanzar su candidatur­a para gobernar el Estado de México.

Amigas y amigos mexiquense­s, ustedes tienen la palabra.

Fumar

Mañana cumplo cinco años de haber dejado de fumar. Casualment­e llevo dos días, del sábado para el domingo y del domingo para el lunes, tosiendo todas las noches. Creo que es el cuerpo que me pide su nicotina pero no se la voy a dar. Para dejar de fumar no recomiendo los parches porque cuando más ganas dan de fumar es después de parchar. Tampoco los chicles porque resultan difíciles de encender.

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