En la narrativa pública, no hay historia sin protagonista
El ex secretario de la CIDH reconoce los desafíos de impulsar las candidaturas independientes
EMILIO ÁLVAREZ Icaza explica que viene de una generación en la que se decía: “¿Para qué? (…) siempre gana el PRI”, y esa misma generación “sí lo pudo cambiar”. Ahora, rumbo al 2018, se le ubica como aspirante a la Presidencia de la República por la vía independiente.
Asegura que la narrativa pública lo ha colocado al centro del movimiento y como quien aspira a ser presidente de la República. Pero defiende que sólo es parte de una iniciativa colectiva —llamada “Ahora”, que acompañan figuras como Sergio Aguayo, Denise Dresser y Javier Sicilia— que impulsará candidaturas ciudadanas por todo lo ancho del país. “En la narrativa pública, no hay historia sin protagonista”, ataja.
Evita que se le encasille en una corriente ideológica, y dice que las causas por las que ha luchado sí pueden ubicarse en alguna de éstas: de izquierda, de derecha, o de
centro. “Se entiende a Emilio por las causas que ha abrazado”, expone a El Economista desde su oficina en la Ciudad de México.
A su juicio, la transición democrática ha quedado estancada en México y tras su regreso de cua-
tro años en Washington —donde fungió como secretario ejecutivo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, periodo 2012-2016— coincidió con varios actores más en el diagnóstico de lo que pasaba en el territorio nacional.
“Dice Javier Sicilia: ‘Estamos hasta la madre’, pero me parece que la cosa es peor. Si uno viaja a estados como Chihuahua, Veracruz, Tamaulipas o Guerrero, hay un fenómeno de mucha desilusión, de mucho desencanto, de mucho dolor”.
Se reconoció —prosigue Álvarez Icaza— que hay una crisis de partidos y en el sistema político, pero no sólo de México, por lo que el contexto da “para irrumpir” desde expresiones de la sociedad civil y que buscan desafiar a lo establecido.
Admite que en la cultura política mexicana, las candidatu
ras ciudadanas no es algo tan conocido, por lo que representa un desafío el impulsarlas, más en un país —añade— donde las cosas funcionan más con clientes que con ciudadanos, con maquinarias electorales. Presidente de la Comisión de Derechos Humanos del DF por dos periodos (2001-2009), Álvarez Icaza opina que el hecho de que haya muchos aspirantes a una candidatura independiente no debilita la figura como tal, sino más bien vuelven “no viables” las opciones. “No porque hay muchos partidos, entonces no es viable”.
Cuestionado si declinaría por otro candidato independiente, revira que no tomaría ninguna decisión sin preguntar a la gente con la que está trabajando. “Insisto que no es la candidatura de una persona, sino una plataforma de candidaturas y colectivos, y en ese espacio tendrán que tomarse las decisiones, más allá de lo que haga yo personalmente.
“Porque creemos que no toca, en un momento en el país, que las
actuaciones unipersonales, los Illuminati o los salvadores nos saquen (de cómo estamos)”.
Emilio Álvarez evita caer en descalificaciones hacia los punteros de los partidos políticos, pero no duda en decir “ninguno me representa”.
¿Cree que un candidato independiente sí puede llegar a ser presidente?, se le cuestiona. “Sí, sí lo creo”.
¿Está convencido de ello? “Sí, claro”.