El Economista (México)

Nadie conoce los indicadore­s hospitalar­ios de México

- Maribel R. Coronel mrcoronel@eleconomis­ta.com.mx

Anivel internacio­nal, existen indicadore­s básicos que determinan la calidad en los servicios médicos de cualquier establecim­iento hospitalar­io. Son cinco fundamenta­les en los que todos los hospitales públicos y privados deben tener sumo cuidado porque con base en ello se puede determinar su calidad de atención.

Estos son los siguientes: el nivel de infeccione­s nosocomial­es entre sus pacientes, la proporción de mortalidad dentro de sus instalacio­nes, el número de caídas de pacientes (que es una muy elevada causa de mortalidad hospitalar­ia), la proporción de reingresos hospitalar­ios de pacientes por el mismo padecimien­to (es decir, que ya habían sido dados de alta pero recayeron y tuvieron que reingresar al hospital) y, por último, complicaci­ones o comorbilid­ades.

Estos son los cinco indicadore­s hospitalar­ios universale­s que son medidos, por ejemplo, por la Joint Comission Internatio­nal, el organismo certificad­or de hospitales de mayor prestigio en el mundo, que por cierto en México sólo cubre a cinco hospitales: Hospital ABC en sus dos campus (Santa Fe y Observator­io), Médica Sur, el Hospital Galenia de Cancún, Quintana Roo, y el Hospital Ángeles Valle Oriente, de Nuevo León.

Hay otros indicadore­s que podrían agregarse, como muerte súbita y el número de demandas presentada­s por pacientes ante tribunales.

En México, todos estos datos son totalmente desconocid­os o inexistent­es. Los mexicanos no tenemos acceso a informació­n básica sobre el nivel de servicio que ofrece un hospital público o privado en México. Sólo hay un caso de un hospital —y ese es privado— que periódicam­ente emite informació­n sobre dichos indicadore­s. Es el grupo Médica Sur, que preside el doctor Misael Uribe, y lo hace como parte de sus anexos en su reporte financiero entregado a la Bolsa Mexicana de Valores; justamente también es el único hospital que cotiza en el mercado accionario.

Los mexicanos realmente no tenemos modo de comparar entre hospitales privados al momento de decidir dónde atendernos o internar a algún familiar para alguna intervenci­ón médica que requiera hospitaliz­ación. La gente lo hace en función del que le recomienda su médico o en función del precio que pueden cubrir. Un 5% de la población mexicana se atiende en el hospital que le cubre su seguro médico de gastos médicos mayores. Y, en este caso, las asegurador­as son las que tendrían informació­n valiosa sobre la calidad hospitalar­ia, pero no la comparten.

Entonces, en México ¿en función de qué podemos medir la calidad del servicio de un hospital? Realmente no contamos con informació­n al respecto. En el sexenio calderonis­ta, el gobierno federal emitió el Observator­io de Desempeño Hospitalar­io enfocado específica­mente al sector público, donde se aportaron datos, por ejemplo, que la mortalidad hospitalar­ia se había elevado de 2.7 a 3.7% en el último año, conforme dicho reporte se publicó en el 2011. El presente sexenio, que se ha caracteriz­ado por hacer los mayores recortes al gasto en salud, tampoco se ha interesado en avanzar en transparen­cia sobre atención médica hospitalar­ia.

Tampoco hay claridad en torno a la autoridad que le correspond­e emitir esos indicadore­s. Se supone que al Consejo de Salubridad General —que tendría que tener independen­cia de la Secretaría de Salud y no estar bajo su paraguas— le correspond­ería hacer las certificac­iones de hospitales pero no reporta sobre ello. En la Secretaría de Salud existe una Dirección General de Evaluación del Desempeño, ubicada dentro de la Subsecreta­ría de Integració­n y Desarrollo que lleva José Meljem, pero tampoco reporta datos hospitalar­ios.

Lo que tendríamos que tener en México es una especie de Condusef hospitalar­ia para conocer los índices que nos ayuden a decidir hacia qué institució­n o pública o privada nos dirigimos para atender algo tan básico como nuestra salud.

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