Cómo operan las coberturas cambiarias
CON EL OBJETIVO de contener los riesgos a los que se ha visto expuesto el peso desde finales del año pasado, el Banco de México (Banxico) dio a conocer que ofrecería coberturas cambiarias por 20,000 millones de dólares.
Este mecanismo consiste en que el banco central pone a disposición de instituciones bancarias postoras que tienen obligaciones en dólares, coberturas que serán liquidadas en moneda mexicana.
Este tipo de contrato entre el Banxico y la institución financiera que gana cada subasta, se da bajo el formato de forward —que significa a largo plazo—, un convenio distinto al spot. Es decir, el día de hoy se acuerda el precio de compra o venta de un activo determinado para el día en que venza el plazo de la cobertura.
Especialistas de Citibanamex lo ponen en los siguientes términos: “Si entre el banco privado o el cliente final pactaron con el banco central un contrato futuro a un tipo de cambio más depreciado, y si la moneda al final no se depreció tanto como se había estimado, el cliente tendrá que pagarle esa diferencia al banco central y, si es por arriba, el Banxico pagará al banco las diferencias”.
En resumen, estos son los tres ejes de las coberturas: el plazo, el monto y el tipo de cambio frente al dólar.
Estas subastas se dan en valores del tipo de cambio superiores al spot, aunque más tarde, finalizado el plazo, se toma en cuenta el fix. Por ejemplo: ayer que el tipo de cambio se encontraba en 19.5695 pesos por dólar, las instituciones financieras que se habían postulado previamente deben ofrecer un monto por arriba de éste.
Una vez que venza el plazo de las coberturas, se devolverán la diferencia entre los dos tipos de cambio, en el monto que se contrató y el que está vigente el día de vencimiento.
Es decir, si las coberturas se pactaron en 20 pesos por dólar y el tipo de cambio al vencimiento es de 21, el Banxico tendría que pagar la diferencia a la institución financiera que adquirió este instrumento; en el caso de una cobertura por 200 millones de dólares, la diferencia, devuelta en pesos, generaría un monto de 200 millones de pesos. En cambio, si el tipo de cambio es más bajo, y tómese por ejemplo 19 pesos, la institución postora deberá dar la diferencia al Banxico.