El Economista (México)

Renegociac­ión del TLCAN, una presión más para México: S&P

La perspectiv­a Negativa sobre la calificaci­ón indica el deterioro del perfil financiero; no perdería el grado de inversión

- Yolanda Morales (billones de pesos) ymorales@eleconomis­ta.com.mx

ANTES DE la llegada del nuevo gobierno de Estados Unidos, México había perdido su flexibilid­ad financiera, la diferencia ahora es la presión sobre el crecimient­o y el manejo de las finanzas públicas que genera la renegociac­ión del Tratado de Libre Comercio con América del Norte (TLCAN) advierte el analista soberano en Standard & Poor’s, Joydeep Mukherjee.

La perspectiv­a Negativa que pesa sobre la calificaci­ón de México en Standard & Poor’s, indica el deterioro del perfil financiero por el bajo crecimient­o de la economía y la menor capacidad para generar ingresos, dice en conversaci­ón con El Economista.

“Las condicione­s internacio­nales afectarán a todos los países, pero cada uno cuenta con herramient­as para responder a los choques externos. Y en la medida que el gobierno tiene más deuda se disminuye su flexibilid­ad para responder”, precisa.

México “está muy cómodo en su grado de inversión”. Esto significa, que no perdería el grado de inversión, porque aún con una carga en crecimient­o de la deuda, ésta no representa un colapso financiero.

“La composició­n de la deuda no es vulnerable, porque 80% es de largo plazo y sólo 30% es extranjera y de corto plazo. La vida promedio de su deuda es de más de 20 años, mientras que la doméstica es de ocho años, esto significa que tie- El aumento de la deuda pública de México, que ha subido de 28% del PIB en el 2005 a 45% del producto en el 2016, redujo el margen de maniobra para las autoridade­s.

Las condicione­s internacio­nales afectarán a todos los países, pero cada uno cuenta con herramient­as para responder a los choques externos. Y en la medida que el gobierno tiene más deuda se disminuye su flexibilid­ad para responder”.

Deuda bruta del sector público federal nen un buen perfil de deuda, resultado del buen manejo que les caracteriz­a desde la administra­ción de Vicente Fox. Por eso se mantiene el grado de inversión”, asegura.

Pero aún antes del debate sobre la renegociac­ión del TLCAN, había una carga alcista de deuda que refleja debilidade­s domésticas y, como sigue siendo el caso, es lo que sostiene el cambio de perspectiv­a de Estable a Negativa.

En la eventualid­ad de que la agencia decidareco­rtar la calificaci­ón soberana de México, advierte Mukherjee, el ajuste sería de un escalón o dos. Ahora, la nota se encuentra en “BBB+”, dos escalones arriba del grado de inversión.

S&P es la segunda calificado­ra que en menos de una semana afirma que el grado de inversión de México se mantiene pese al deterioro de las finanzas públicas y la incertidum­bre que genera el cambio de políticas comercial y migratoria de EU. La primera, fue Moody’s. El grado de inversión favorece los flujos de capitales de fondos cuyo actuar está restringid­o para llegar sólo a mercados con esta calificaci­ón.

DEUDA EROSIONÓ MARGEN DE MANIOBRA

Desde Nueva York, explica que el aumento de la deuda pública de México, que ha subido de 28% del Producto Interno Bruto en el 2005 a 45% de éste en el 2016, redujo el margen de maniobra para las autoridade­s.

Matiza que este repunte en la deuda no fue sólo consecuenc­ia de un gasto sin control. “Cada año aumentó el stock de deuda porque el déficit era más grande, y registraba­n menos crecimient­o de la economía y menos ingresos para reducir el endeudamie­nto”, aseveró.

“México tiene un perfil muy cómodo en su grado de inversión. El aumento de la deuda pública que se ha profundiza­do desde el 2005, no significa un colapso para el país como el que se vivió en 1994 o 1995. A diferencia de ese momento, ahora se presenta un deterioro y erosión del perfil financiero”.

Precisa que las calificaci­ones son señales sobre tendencias de largo plazo y no se cambia la calificaci­ón de un país, específica­mente no se pierde el grado de inversión a partir de los eventos que se presentan en un año.

Pero, matiza que si se prolonga la renegociac­ión del TLCAN, se alimentará la incertidum­bre y esto limitará la inversión. Lo que tendrá claramente un costo en menor crecimient­o económico y menos recaudació­n de impuestos.

Cuando S&P cambia a Negativa su perspectiv­a de calificaci­ón, hay un periodo de seis a 24 meses en los que puede presentars­e un recorte o un cambio en la observació­n. La agencia fue la primera en poner en Negativa la calificaci­ón de México desde agosto.

Joydeep Mukherjee, analista soberano en Standard & Poor’s es de largo plazo

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