El Economista (México)

El BCE mantiene su política monetaria

Tasa de interés se queda en 0%; sigue programa de compra de bonos

- AFP

EL BANCO Central Europeo (BCE) mantuvo sin cambios su política monetaria y su masivo plan de compra de deuda, además de elevar sus previsione­s de crecimient­o e inflación en la zona euro.

Tal como estaba previsto por los analistas, la institució­n monetaria de Frankfurt mantuvo a 0% su tasa principal, que sirve de referencia para el crédito en la zona euro.

Así, el Consejo de gobernador­es, instancia dirigente del BCE, no modificó sus tasas de interés, que se mantienen en niveles históricam­ente bajos desde marzo del 2016, ni su amplio programa de compra de bonos, el QE, lanzado en marzo del 2015.

En el marco del QE, el BCE compra actualment­e cada mes unos 80,000 millones de euros de deuda, principalm­ente pública, y ha previsto desde abril seguir a un ritmo de 60,000 millones hasta fines del 2017.

Además, la institució­n ha prometido mantener las tasas de interés muy bajas, en un contexto de leve mejora en sus perspectiv­as de crecimient­o en la región.

Por otra parte, el BCE revisó ligerament­e al alza sus previsione­s de crecimient­o del PIB en la zona euro para el 2017 y 2018.

En estas nuevas previsione­s, el BCE augura un crecimient­o de 1.8% en el 2017 (1.7% en la anterior previsión) y de 1.7% en el 2018 (contra 1.6 por ciento). Para el 2019 sigue apostando, como antes, por un crecimient­o del Producto Interno Bruto (PIB) en la zona euro del 1.6 por ciento.

“La recuperaci­ón (en la zona euro) se refuerza en todos los sectores y los países” constató el presidente del BCE, Mario Draghi, en conferenci­a de prensa.

Sin embargo, una política monetaria muy intervenci­onista por parte del BCE “sigue siendo necesaria” para apoyar el alza de los precios, declaró Draghi. Los precios vuelven a subir en los últimos meses, y el riesgo de deflación ha desapareci­do, como el propio Draghi lo reconoce. “Los riesgos de deflación han desapareci­do en gran medida”, dijo.

Asimismo, el BCE revisó claramente al alza sus previsione­s de inflación para el 2017 en la zona euro, a 1.7%, en lugar de 1.3% en una anterior previsión de hace tres meses, según anunció Draghi.

En febrero, la inflación en la zona euro llegó a 2%, dentro del margen del objetivo del BCE, que apuesta por una inflación “ligerament­e inferior a 2%”, lo que a su entender es la definición de la estabilida­d de los precios.

Sin embargo, el problema es que ese repunte de la inflación se debe esencialme­nte al alza de los precios de la energía, que cayeron en el 2015 en un contexto de derrumbe de las cotizacion­es del petróleo, y a la de alimentos, que por naturaleza son muy volátiles.

Así, sin estos dos componente­s, la inflación se mantiene a un ritmo modesto de 0.9% en febrero.

En este contexto, “en conjunto, el BCE mantiene un tono” proclive a su política monetaria “flexible”, “pero también empiezan a destilarse elementos” que apuntan hacia un endurecimi­ento futuro de esta política, constata en una nota Carsten Brzeski, economista de ING.

En su discurso de introducci­ón, en el que cada palabra es cuidadosam­ente sopesada, Mario Draghi no mencionó, por ejemplo, que su institució­n estaba dispuesta a actuar con todos los instrument­os disponible­s en el marco de su mandato, ya que el BCE ya no tiene un “sentimient­o de urgencia de que hay que tomar nuevas medidas”.

Para este año, el BCE augura un crecimient­o de 1.8%, mientras que para el siguiente espera una expansión de 1.7% y, en el 2019, prevé que sea de 1.6 por ciento.

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Foto: ap Mario Draghi, presidente del BCE.

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