El pensamiento económico de López Obrador
Cuando el nuevo AMLO comienza a ser interesante es en sus nuevas propuestas. En el libro Proyecto alternativo de nación, centraba todo el desarrollo económico en el petróleo. Ahora ofrece muchas nuevas herramientas, algunas quizá un tanto utópicas, pero originales. Veamos. AMLO sugiere un programa integral de fomento agropecuario aplicado con los productores rurales y con un criterio incluyente en las tareas y los beneficios del desarrollo. Se trata de armonizar y apoyar al mismo tiempo la producción de autoconsumo, la producción para el mercado interno y la producción para exportar. Impulsar un subprograma de formato productivo integral, dejando de tratar a los productores rurales como “pobres” y clientela electoral, y reconociéndoles su enorme potencial productivo. Esta propues
ta suena sospechosa en una persona que ha utilizado a los “pobres” como su palanca electoral, por lo que suena poco creíble.
Una agricultura de exportación dinámica no se contrapone a una agricultura fuerte para el mercado interno. Nuestra experiencia histórica así lo indica. López Obrador sugiere el fortalecimiento de la economía de autoconsumo en las comunidades. El propósito es que con pequeños apoyos se fomenten las actividades productivas tradicionales. Asimismo, la agricultura tradicional de autoconsumo, de la que dependen millones de indígenas y campesinos, ha perdido el conservar la invaluable diversidad de especies y variedades nativas de maíz que forman parte de la gran riqueza genética y biocultural de México. Estas especies deben perdurar y por eso decimos no al maíz transgénico. El eco de “lo pequeño es hermoso” de Schumacher resuena en todas estas propuestas.
Hoy, en vez de alentar estas formas propias de producción, se ha decidido instalar granjas avícolas y porcinas, con animales de “ra
za” que son resistentes a las enfermedades y dependen de insumos y alimentación especial o balanceada de empresas comerciales ajenas a la comunidad, con poca o nula utilidad y beneficios para los campesinos. Esto parecería ir en contra de la agricultura moderna que México posee y que permitió el año pasado, por primera vez en nuestra historia, tener una balanza agropecuaria favorable respecto a los Estados Unidos, sin la ayuda sustancial del Estado.
A las palabras se las lleva el viento, ¿también las de López Obrador? En específico, pretende fortalecer, desde abajo y con la gente, la economía de las familias campesinas. Para ello se convocará a una gran cruzada nacional en favor del campo, incorporando a la actividad promotora a más de 20,000 agrónomos desempleados o subocupados fuera de su profesión, con criterio de servicio social y sensibilidad ante las realidades agropecuarias y culturales de las comunidades rurales. ¿Nueva cruzada nacionala lo Vasconcelos?
No basta con crear empleos en el medio urbano, que siempre serán insuficientes. La absorción de la población rural por otros sectores de la actividad económica requeriría tasas de crecimiento superiores a 10 por ciento. Hace falta allegar medios de producción
baratos al campo y a las pequeñas comunidades; recuperar la economía de subsistencia, que permite producir para las necesidades familiares y proporcionar la inserción en el mercado.
Para fomentar la producción del mercado interno es necesario un nuevo sistema que garantice precios remunerativos al productor y certidumbre en la comercialización de sus cosechas. Debemos establecer un sistema de precios de garantía o generalizar el sistema de “ingreso-objetivo”, introducido en México a raíz de las movili
zaciones campesinas del 2003, pero haciéndolo extensivo a todas las regiones del país y a productos que hoy están excluidos. El nuevo sistema tendría un carácter multianual con un horizonte de 10 años. ¿Demasiado bonito para ser verdad? Por lo menos rompe los moldes neoliberales que acabaron con el campo mexicano, en especial con la mala negociación del capítulo agrícola del TLCAN.
*Máster y doctor en Derecho de la competencia, profesor investigador de la UAEM y socio del área de competencia, protección de datos y consumidores del despacho Jalife & Caballero.