American Chamber y la Cámara mexicano-irlandesa de Comercio: socios estratégicos del país
El martes pasado tuvo lugar la centésima asamblea anual de la American Chamber México y, con ella, celebramos 100 años de la Constitución de esta relevante organización. A lo largo de este siglo, la American Chamber ha desempeñado un papel central en fortalecer la relación bilateral entre México y Estados Unidos. La AmCham participó, por ejemplo, en la histórica visita del presidente Harry Truman a México en 1947, la primera de un presidente estadounidense y un punto de quiebre en la relación bilateral. Asimismo, en 1985, la American Chamber mostró gran solidaridad y cariño por México al crear un fondo de reconstrucción después del brutal terremoto que azotó al país. Algunos años después, desempeñó un papel central en promover la adopción del Tratado de Libre Comercio de América del Norte.
Actualmente, la American Chamber es un actor central de la economía mexicana. Las más de 1,500 compañías que agrupa dan cuenta de cerca de 70% de la inversión extranjera directa en el país. Representan, también, una importante fuente de empleo para los mexicanos. Se trata, en pocas palabras, de un socio estratégico de México.
En la coyuntura presente, la American Chamber puede marcar un nuevo hito en su centenaria historia en el país, contribuyendo a transmitir la relevancia que la relación bilateral tiene para Estados Unidos. Del comercio con México dependen alrededor de 5 millones de empleos en Estados Unidos. Asimismo, un número muy importante de empresas mexicanas tienen inversiones y operaciones en nuestro vecino del norte, con lo que generan más empleos y riqueza. Se trata, en pocas palabras, de una relación equilibrada y de beneficio mutuo.
Como quedó manifiesto, la American Chamber México es consciente de la relevancia que México tiene para la economía estadounidense y, en particular, para las empresas que integran la Cámara, cuyo éxito depende parcialmente de sus operaciones en México. Como se señaló durante el panel sobre la modernización del TLCAN y como destacaron en sus mensajes el secretario de Hacienda, José Antonio Meade Kuribreña, el subsecretario de Industria y Comercio de la Secretaría de Economía, Rogelio Garza, y la embajadora de Estados Unidos en México, Roberta Jacobson, la modernización del acuerdo trilateral ofrece un amplio rango de oportunidades que, bien aprovechadas, pueden acercar las economías de los tres países antes que distanciarlas. La tarea no será sencilla y los desafíos serán probablemente muchos, pero de la mano de la Cámara podemos lograr mucho, formando un frente común con las empresas estadounidenses con operaciones en México, para las que la preservación del acuerdo es de enorme interés.
Día con día, empresarios mexicanos y estadounidenses trabajan juntos. La integración económica es un entramado sumamente complejo en el que participan y del que se benefician miles de actores. Este grado de cercanía se ha alcanzado en buena medida gracias a la labor de la American Chamber y confiamos en que, trabajando de la mano, podemos hacer mucho por continuar impulsando la relación entre ambos países, aún en un contexto de incertidumbre. La Cámara es un organismo que, por su peso, tiene gran capacidad de influencia sobre las decisiones de gobierno en Estados Unidos y, en ese sentido, es un interlocutor ideal para el gobierno y las empresas mexicanas.
Al tiempo que buscamos consolidar relaciones históricas con la American Chamber, abrimos nuevos y promisorios frentes en otras regiones. También esta semana tuvo lugar el primer evento organizado por la Cámara Mexicano-irlandesa de Comercio. En dicho foro se presentaron las múltiples complementariedades entre ambos mercados y las ventajas que, tanto México como Irlanda, ofrecen como puertas de entrada a sus respectivas regiones.
En la medida en que continuemos fortaleciendo relaciones con nuestros socios tradicionales y sentando bases para establecer lazos con nuevos aliados, estaremos construyendo un mejor futuro para las compañías mexicanas.