Corrupción pudre a la industria cárnica brasileña
El escándalo se produce en momentos en que el Mercosur —del que es parte Brasil— y la UE buscan acelerar un acuerdo de libre comercio
EL PRESIDENTE de Brasil, Michel Temer, mantuvo el domingo pasado en Brasilia reuniones de emergencia con ministros, empresarios y embajadores extranjeros por el escándalo de alimentos adulterados que amenaza con dañar las finanzas y la imagen del mayor exportador de carne bovina y avícola del mundo.
El mandatario recibirá a sus ministros de Agricultura, Blairo Maggi, y de Comercio Exterior, Marcos Pereira, junto a representantes de los frigoríficos. Más tarde, se reunirá con los embajadores de los mayores mercados de carne de la potencia sudamericana, informó el Palacio presidencial de Planalto.
Una investigación policial de dos años destapó el viernes pasado un esquema en el que inspectores sanitarios supuestamente recibían sobornos de los frigoríficos para autorizar la venta de alimentos no aptos para el consumo.
Más de 30 personas fueron detenidas hasta el momento y al menos tres frigoríficos fueron clausurados temporalmente, uno dedicado al sacrificio de pollos (del grupo multinacional BRF) y dos de la empresa local Peccin que fabricaba mortadelas y salchichas, precisó el Ministerio de Agricultura.
Otros 21 establecimientos están bajo investigación y la cartera de Agricultura apartó de su cargo a 33 funcionarios involucrados.
El caso desató las alarmas fuera de Brasil, que vendecarneaunos 150 países.
Las exportaciones brasileñas de carne de pollo superaron en el 2016 Las ventas de carne bovina sumaron 4,300 millones de dólares.
El escándalo corre el riesgo de asestar un nuevo y duro golpe al país, sumido desde hace más de dos años en la peor recesión de su historia y con sus principales constructoras involucradas en la gigan- tesca investigación Lava Jato, sobre sobornos en la estatal Petrobras.
Se produce además en momentos en que el Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) y la Unión Europea (UE) buscan acelerar un acuerdo de libre comercio, en el cual los países sudamericanos reclaman mayores cuotas de entrada para sus productos cárnicos.
RIESGO PARA NEGOCIACIONES UE-MERCOSUR
“Pedimos esclarecimientos completos y urgentes al Ministerio de Agricultura”, afirmó el sábado pasado en Twitter el embajador de la UE en Brasil, Joao Cravinho.
El subsecretario de Asuntos Económicos de la cancillería brasileña, Carlos Marcio Cozendey, admitió que si se descubre que las irregularidades afectan a todo el sistema, y no sólo a unos pocos frigoríficos, “eso realmente complicaría las negociaciones”.
“Espero que esto no se aproveche para cerrar mercados injustificadamente”, advirtió. La próxima ronda negociadora entre los dos bloques debe realizarse a fin de mes en Buenos Aires.
Las exportaciones brasileñas de carnes a la UE sumaron 1,366 millones de dólares en el 2016.
EMPRESAS SE DEFIENDEN
Los investigadores no especificaron en qué instituciones se detectaron las irregularidades, pero afirmaron que en frigoríficos de pequeño porte se detectó el uso de “productos cancerígenos para maquillar el aspecto físico del producto averiado”. Se identificó la presencia de salmonela en productos que salieron a la venta, según las acusaciones.
Las multinacionales brasileñas salpicadas por el caso defendieron en desplegados de los principales diarios la calidad de sus productos, mientras crecía el temor de la población de encontrar alimentos en mal estado en los supermercados.
Además de la gigante BRF (dueña de las marcas Sadia y Perdigao), entre las empresas investigadas figura JBS, líder mundial en el mercado de carne, dueña de las marcas Big Frango, Seara Alimentos y Swift, entre otras.
“En el despacho de la Justicia Federal que desató la operación, no hay ninguna mención a irregularidades sanitarias o a la calidad de los productos de JBS y sus marcas”, afirmó por su lado esa firma.