El Economista (México)

Mi domingo

- Concepción Moreno concepcion.moreno@eleconomis­ta.mx

Corrían los 90. En ese entonces iba yo en la primaria. Mi maestra me tenía ojeriza porque, como les dijo con preocupaci­ón a mis padres, era yo “floja con mayúsculas”. Miss Becky y teníamos pique.

Ella a dejarme tarea y yo a ser cada vez más irresponsa­ble. Ah, los placeres de la infancia.

Tenía yo un compañero de lucha. René, se llamaba (espero que todavía se llame, pero pintaba para drogadicto perdido) y nos sentábamos juntos en la esquina de los parias.

René era tan flojo como yo pero tenía un plus: era chistoso. Podía, con una intervenci­ón desde gayola, detener la clase por una locura que se le ocurrió. Todos reíamos y reíamos.

Eran los 90, yo dije. Éramos la generación TLC: Milky Ways y dulces de los Cazafantas­mas corrían libres por el salón. Como suele ser, había una niña que coordinaba el mercado de golosinas. Cada Milky costaba 2,000 pesos, y yo, gorda pero pobre, apenas alcanzaba a comprar un chocolate a la semana. Mi domingo, lo recuerdo bien, era una plateada moneda de 5,000 pesos.

Un día estábamos René y yo en la esquina cuando miss Becky nos ponía un ejemplo de matemática­s. Dijo: “A ver, René, si te dan 4,000 pesos de domingo y te gastas 1,500, ¿cuánto te queda?”. René se paró y dijo sin pestañear: “El ejemplo está mal porque para empezar a mí me dan 10,000 pesos de domingo”. “Ah, caray”, dijo Miss Becky, “qué suerte tienen los que no se bañan”.

Celebramos hoy al Benemérito, pero no olvidemos que este fin de semana también fue día de la expropiaci­ón petrolera. Don Lázaro salía en los billetes de 10,000 que mi amigo René recibía cada domingo

1993.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico