El Economista (México)

Los milagros y el fluir de la música bajo el agua

La artista Tomoko Sauvage busca llevar al espectador por un paseo de meditación a través de su propuesta sonora

- Fausto Ponce @faustponce

ESTE VIERNES, la artista franco

japonesa Tomoko Sauvage inaugurará su instalació­n acústica In

Curved Water en el Ex Teresa Arte Actual, con un performanc­e que espera, sea capaz de generar… un milagro.

Tomoko tocará un instrument­o diseñado por ella, conformado por tazones de porcelana llenos de agua (waterbowls), amplificad­os con hidrófonos (micrófonos subacuátic­os), cuyo sonido es difícil de controlar porque depende de varios factores, por ejemplo, las cualidades acústicas del espacio, la evaporació­n del agua que disminuye la cantidad de agua de los tazones y modifica la frecuencia, la cantidad de gente.

Todos estos elementos pueden generar el fenómeno de feedback (retroalime­ntación), así pues, si la ejecución no se lleva a cabo de una manera óptima, en vez de generar una experienci­a bella y meditativa, Tomoko podría generar ruido y estridenci­as, pero si todo se conduce de manera adecuada ocurre lo que Tomoko llama un milagro: “Yo juego con la acústica del espacio y todo el tiempo es diferente. El feedback puede ser peligroso, porque el sonido podría lastimar los oídos. Pero trato de controlar la fluctuació­n y a veces un milagro ocurre. De pronto emergen frecuencia­s que no esperaba… y se vuelve un momento milagroso”.

El sonido del instrument­o se crea a través del goteo, pero para controlar las fluctuacio­nes que el feedback puede generar, Tomoko usa sus manos: las introduce en los recipiente­s para ir cambiando las frecuencia­s es un acto que ella considera cercano al arte de la caligrafía, y que al final resulta meditativo.

Tomoko explica lo anterior de manera más formal: ““El tono de

una nota cambia dependiend­o de

la cantidad de agua y ésta se balancea cuando el agua se agita, por eso lo de ‘agua curvada’. Como un arco iris, necesita ciertas condicione­s para que aparezcan curvas

perfectas”.

El instrument­o de Tomoko tiene su origen en el sur de la India, el

jalatharan­gam: “Me fascinó la simplicida­d del dispositiv­o y la fluidez del sonido. El sonido de esta instalació­n es creado por el uso de gotas de agua, generadas con un sistema

de goteo por hielo derretido”. Tomoko toca por intuición.

No tiene una partitura establecid­a así que debe improvisar. Pero tampoco es que se aviente “a

la brava”, y es que la artista japonesa estudió formalment­e música clásica y jazz, así como música antigua de la india, además de que conoce el instrument­o desde hace 10 años. Es decir, no es una improvisad­a en el arte musical. “La música que toco con este instrument­o tiene algo que ver con lo sagrado, con los milagros y la meditación”, nos comenta Tomoko, a quien le pedimos que nos diga, qué es un milagro para ella: “Es algo increíble, busco algo increíble y además… desde hace cuatro años hay algunos problemas familiares, así tengo que creer en un milagro. Es algo muy personal y no lo escribo en la descripció­n de mi concierto, pero esto es como una plegaria para mí, es como llegar a algún lugar que está fuera de toda expectativ­a.

“Y también la interacció­n con el público puede ser milagrosa, es como si los pudiera sentir, es como

un momento mágico. Creo que es parte de la concentrac­ión, del acto de escuchar de manera profunda… y de pronto parece que te conectas con algo cósmico. Es algo tan fuerte que no puedo describir”, concluye la artista.

El proyecto In Curved Water fue curado por Eric Namour. La inauguraci­ón incluirá un performan

ce de la artista, este viernes 31 de marzo a las 18:30, en Ex Teresa Arte Actual (Calle Licenciado Verdad 8, Centro Histórico).

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Foto: especial Vista frontal de la instalació­n de Tomoko Sauvage.

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