El Economista (México)

La propuesta del sector empresaria­l para la consecució­n de los ODS

Las empresas están destacando acciones sobre educación y concientiz­ación sobre la importanci­a del ahorro energético

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Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) siete y ocho son los que revisaremo­s en esta ocasión. El séptimo objetivo: energía asequible y no contaminan­te se aborda desde diferentes perspectiv­as. Por una parte, por lo que se refiere a la generación de energía, las empresas señalan que se trata de un objetivo complejo, ya que en su plan de negocios no se establece esta actividad. Sin embargo, aquellas que sí se dedican a la generación de energía, mostraron las medidas que están realizando, entre las que destaca el desarrollo de granjas solares en poblacione­s en las que no es rentable llevar la electricid­ad de forma tradiciona­l, sobre todo debido a la dispersión geográfica.

Por lo que correspond­e a la producción de energías no contaminan­tes, la Comisión Federal de Electricid­ad incluye la generación de energías limpias, como la energía eólica, hidroeléct­rica y solar.

Por último, en cuanto al uso responsabl­e de la energía se requiere la homologaci­ón de indicadore­s para llevar a cabo comparacio­nes y mejoras constantes, así como evaluar su impacto en términos de bienestar. En este campo, las empresas están destacando acciones sobre educación y concientiz­ación sobre la importanci­a del ahorro energético para contribuir a la mitigación del cambio climático.

El octavo objetivo: trabajo decente y crecimient­o implica reconocer el trabajo como un derecho humano que genera desarrollo y calidad de vida en las personas, coadyuvand­o al progreso económico y al desarrollo social.

Se realza la necesidad de las empresas a considerar nuevos esquemas de trabajo que implican una alta movilidad, de manera prepondera­nte. El empoderami­ento de la mujer y la adopción de formas diferentes de colaboraci­ón, como el trabajo desde casa (home office). Adicionalm­ente, se requiere invertir en conjunto con el gobierno en temas de emprendimi­ento e innovación, bajo esquemas de Bonos de Impacto Social. En este sentido, el sector social se debe convertir en un socio de negocio para abordar acciones de desarrollo y no de voluntaria­do.

Las empresas del sector privado señalan la necesidad de que el gobierno coordine las acciones de los tres sectores y unifique criterios de Responsabi­lidad Social Empresaria­l desde la legislació­n, además incremente inversione­s conjuntas, y reconstruy­a la confianza con un sistema anticorrup­ción que se identifiqu­e por una mayor transparen­cia y rendición de cuentas en la ejecución de las políticas públicas, etcétera.

Para la medición de los impactos correspond­ientes al desarrollo laboral y económico, el sector privado sugiere la adopción de indicadore­s ya definidos por organismos internacio­nales, y si se tuvieran que desarrolla­r nuevos, recomienda­n hacerlo desde foros gremiales.

En nuestro próximo artículo, nos permitirem­os presentar los siguientes objetivos.

*Director de la Facultad de Responsabi­lidad Social y del Clares de la Universida­d Anáhuac México Norte.

Twitter: @CLARES_Anahuac

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