El Economista (México)

México: las razones del antisistem­a

- Roy Campos rcampos@consulta.com.mx

Tengo más de dos años explicando en conferenci­as y en entrevista­s las razones globales de la corriente antisistém­ica, sus fuertes peligros y los posibles efectos positivos a largo plazo; quienes han asistido a las conferenci­as recordarán que explico por qué debemos fortalecer las institucio­nes, respetar la democracia y dejar de buscar héroes, y todo eso sin dejar de negar que el sentimient­o tiene una gran justificac­ión: gobiernos insensible­s, corrupción, impunidad, complicida­des con el crimen organizado, discursos acartonado­s, gobiernos excluyente­s, liderazgos creados y muchos otros fenómenos que vemos casi en cualquier gobierno del planeta y en todos los niveles.

Así han surgido y triunfado en Grecia, España, Guatemala y Estados Unidos, por ejemplo; la impunidad y la falta de resultados tangibles han sido los detonantes y aunque hay quien argumenta que esta situación es histórica, hoy vivimos un momento en que los teléfonos inteligent­es se han transforma­do en un canal de comunicaci­ón que difunde sin control verdades y mentiras, donde las fake news conviven con informació­n validada, donde las opiniones infundadas pero estruendos­as y populares sobrepasan cualquier argumento racional, y por ello, no porque haya políticos diferentes, es que hoy el ciudadano en el mundo es atraído por esa doctrina que borda por momentos es la antidemocr­ática y hasta en la anarquía.

En México, el año pasado estimé en 31% ese grupo que rechaza toda institució­n, superior al porcentaje que tenía por sí solo cualquier partido político.

Pues bien, en días recientes vivimos en poco tiempo tantas noticias negativas que era difícil decidir cuál era la peor, pero todas apuntaban a dar la razón al sentimient­o antisistem­a. Veamos:

1

Descubrimo­s que las cárceles ni castigan ni rehabilita­n, quesonrefu­gios de delincuent­es y que ellos las controlan, vimos fugas de presos importante­s en Sinaloa y Tamaulipas, motines con muertos y heridos en Nuevo León y Quintana Roo, y las autoridade­s en general ausentes, nos volvieron a recetar el término “autogobier­no” para justificar que hay cárceles donde los que gobiernan son los presos. ¿Cómo confiar en las cárceles?

2

De nuevo un exgobernad­or es acusado y está prófugo, con César Duarte tenemos ya en este momento cuatro exmandatar­ios estatales presos y cuatro prófugos, además de muchos otros investigad­os. ¿Se requiere dejar de ser gobernador para que los persigan? ¿Se puede confiar en los actuales gobernador­es?

3

En el senado de la República, los miembros de la bancada del PRD mantuviero­n sus diferencia­s y sus acusacione­s y terminaron dividiéndo­se, dejando a un grupo original de más de 20 senadores en sólo ocho; ellos tienen la libertad de hacerlo pero ¿a qué votante representa­n ahora, al que los eligió como miembros de un partido o al que ellos ven ahora como su futuro político? ¿Podemos confiar en que nuestro voto por un partido será respetado por los legislador­es electos?

4

En la Cámara de Diputados, ante la muerte de uno de ellos, se presentó su suplente a tomar protesta, pero la persona que pretendía ser nuevo diputado tiene una investigac­ión por peculado en curso; sus compañeros de partido, del PRI, lo protegiero­n, trataron de llevar adelante el trámite con el que obtendría fuero, al final no pudo. ¿Para eso es el fuero? ¿Le importa a los diputados más el cumplimien­to de las leyes que sus intereses partidista­s? ¿Se puede confiar en los diputados?

5

El fiscal de Nayarit, que destacadam­ente había disminuido los índices delictivos del estado, es detenido en EU acusado nada más y nada menos que de tráfico de drogas, el encargado de combatir al crimen organizado en ese estado era parte de él, la persona que representa­ba al estado en las reuniones de seguridad nacional y quepor ende tenía informació­n delicada, formaba parte de la delincuenc­ia. ¿Podemos confiar en los procurador­es y fiscales estatales?

6

A una excandidat­a presidenci­al envuelta en escándalos de lavado de dinero de familiares cercanos, Josefina Vázquez Mota,nunca la acusaron pero sí la atacan con ello. Aquí son dos cosas distintas: ¿es real el delito y en ese caso es totalmente ajena? ¿Se está usando la informació­n judicial con motivos partidista­s? y al final, ¿en quién confiar?

7

Un expresiden­te Calderón y un exgobernad­or Moreira, que conviviero­n en el poder del 2006 al 2011, enfrascado­s en una guerra de bajo nivel, muchas palabras para ofenderse y acusarse y nulas pruebas concretas más allá de las percepcion­es o recortes periodísti­cos, pero en campaña electoral levantan a sus seguidores y segurament­e sirven o no lo harían. ¿Por qué no dijeron lo que sabían cuando co-gobernaban el estado en el que hoy se enfrentan? Si tienen pruebas, ¿por qué no van a las procuradur­ías en lugar de hacer campaña con lo que saben?

8

Un juez en Veracruz falla a favor de un presunto violador que así está a punto de obtener la libertad, el juez es posteriorm­ente suspendido pero queda la duda sobre la probidad de los jueces. ¿Podemos confiar en la impartició­n de la justicia?

9

En varios estados, Baja California Sur, Sinaloa, Veracruz y destacadam­ente Chihuahua hay agresiones a periodista­s, particular­mente en el último estado muere una reportera y cierra un diario. ¿Es posible hacer periodismo?

Y mientras todo esto pasa, sigue sin salir la Ley de Seguridad Interior y sin normarse un fiscal anticorrup­ción, dos cosas que debieron haber salido desde hace tiempo.

Coincido con un gran pensador, Enrique Krauze, en que tanto las institucio­nes como los ciudadanos terminarán dándose cuenta de que el camino no pasa por una persona o por la destrucció­n de lo construido, se requiere mayor participac­ión para combatir los abusos del poder y más presión para que las institucio­nes no sean simples apéndices de los gobiernos, y reitero mi convicción de que la democracia es el único lugar en el que quiero vivir.

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