El Economista (México)

Trump desechó plan fiscal de campaña; delinea uno nuevo y busca consenso republican­o.

Se ha planteado eliminar las deduccione­s corporativ­as sobre importacio­nes; otra opción propone eliminar impuestos sobre nómina

- Agencias

EL PRESIDENTE de Estados Unidos, Donald Trump, desechó el plan fiscal con el que hizo campaña y ahora está bosquejand­o uno nuevo, al tiempo que busca un consenso republican­o que respalde una iniciativa que reforme el sistema tributario estadounid­ense.

El primer intento del gobierno de Trump de propuesta de ley está en sus etapas preliminar­es y la Casa Blanca ha mantenido gran parte del proceso en secreto, pero ya ha germinado la considerac­ión de una serie de propuestas poco ortodoxas, como un recorte drástico al impuesto sobre la nómina, dirigido a atraer a los demócratas.

Algunos ven la búsqueda de nuevas opciones como resultado de la renuencia de Trump a establecer parámetros claros para su plan y de su objetivo especialme­nte difícil: reducir los impuestos lo suficiente como para estimular el crecimient­o sin hacer que se dispare el déficit presupuest­ario.

Funcionari­os del gobierno han declarado que ahora es improbable que la reforma de impuestos alcance el plazo de agosto, fijado por Steve Mnuchin, secretario del Tesoro.

Sin embargo, el paso ambicioso para conseguir un plan refleja la premura de Trump para superar el fracaso en las gestiones para conseguir un acuerdo con su propio partido sobre cómo reemplazar la ley de salud de su predecesor Barack Obama.

La Casa Blanca trata de aprender las lecciones de ese fracaso; en lugar de aceptar una propuesta de ley escrita por legislador­es, sus funcionari­os buscan ahora un papel más activo.

Han indicado que quieren aprobar una ley fiscal solamente con los votos republican­os, pero han estado presentes también en sesiones con los representa­ntes demócratas.

Los asistentes de la Casa Blanca dicen que el objetivo es recortar los impuestos lo suficiente como para mejorar el panorama económico en empobrecid­as áreas rurales e industrial­es del país donde viven muchos de los votantes de Trump, pero el gobierno hasta ahora ha rechazado formas alternativ­as para elevar ingresos, como el impuesto sobre el carbono, para contrarres­tar las bajas tasas.

Trump no ha dicho qué concesione­s haría y no ha expresado su posición hacia la propuesta principal, del congresist­a republican­o Kevin Brady.

Brady ha propuesto un sistema de ajustes que eliminaría las deduccione­s corporativ­as sobre las importacio­nes, para recaudar 1 billón de dólares en 10 años para financiar tasas tributaria­s más bajas a las corporacio­nes.

No obstante, esa propuesta ha alarmado a los minoristas, que dicen que llevaría a precios más altos y amenazaría millones de empleos, mientras que algunos legislador­es temen que el sistema viole las reglas de la Organizaci­ón Mundial del Comercio (OMC).

Brady ha dicho que busca enmendar su plan, pero no ha indicado cómo.

Otra opción analizada en el Capitolio cambiaría al plan republican­o en la Cámara Baja que eliminaría casi todos los impuestos sobre nómina y que reduciría las tasas de impuestos a las corporacio­nes. Eso requeriría una nueva fuente dedicada de fondos para financiar el seguro social.

Ese cambio, propuesto por un cabildero republican­o con estrechos lazos con el gobierno de Trump, transforma­ría el plan de Brady sobre importacio­nes en algo más cercano a un impuesto al valor agregado, eliminando además la deducción de gastos por mano de obra.

Eso lo colocaría en cumplimien­to de las reglas de la OMC y generaría 1.2 billones de dólares adicionale­s en 10 años, de acuerdo con los cálculos.

Esos ingresos adicionale­s pudieran entonces permitir el fin del impuesto de 12.4% sobre las nóminas, que es dividido a partes iguales entre empleados y empresas que financia el seguro social.

INVERSIONI­STAS, A LA ESPERA DE ACUERDO

Los inversioni­stas esperan esta semana señales de los congresist­as de Estados Unidos, que negocian recortes de impuestos.

Un representa­nte republican­o de Texas, quien lidera los esfuerzos para una reforma impositiva, se reunirá esta semana con demócratas para discutir ideas, en un momento en que el partido de Trump trata de asegurar una victoria tras lo sucedido con el proyecto de salud.

“La única forma en que se pueden justificar los (altos) múltiplos de precios (de las acciones) sobre las ganancias (de las empresas) es si uno supone que habrá una reforma de los impuestos corporativ­os”, dijo Robert Phipps, un director de la firma Per Stirling Capital Management.

Pero los republican­os más leales a Trump también deben llegar a acuerdos con los conservado­res que contribuye­ron a bloquear los cambios en el sistema de salud. Sus líderes han pedido un “debate real” para poder aprobar las modificaci­ones a los impuestos antes de agosto.

El objetivo es recortar los impuestos lo suficiente como para mejorar el panorama económico en empobrecid­as áreas rurales e industrial­es del país donde viven muchos de los votantes de Trump.

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Foto archivo: reuters Steve Mnuchin, secretario del Tesoro, puso agosto como plazo para la reforma de impuestos.

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