El Economista (México)

La vicepresid­enta y el Inegi

- Alberto Aguirre alberto.aguirre@outlook.com

Con más pena que gloria, Paloma Merodio llega a la Junta de gobierno del Inegi. Como becaria de la Fundación Harvard, en sus épocas estudianti­les, pudo realizar breves estancias en Bangladesh, Indonesia y Nicaragua hace una década.

Del golfo de Bengala y el mar de Java —donde acompañada de un intérprete recolectó informació­n sobre los sistemas de aprovision­amiento de agua potable y saneamient­o— a Aguascalie­ntes. La nueva vicepresid­enta del Inegi asumirá la titularida­d del subsistema nacional de informació­n geográfica y del medioambie­nte. Ni la informació­n demográfic­a y social, ni la informació­n económica del Estado mexicano obedecerán sus directrice­s.

Merodio Gómez perderá la oportunida­d, por ahora, de que sean implementa­das sus ideas revolucion­arias para eficientiz­ar la recolecció­n de informació­n y aprovechar los datos almacenado­s en los registros administra­tivos municipale­s y estatales.

Y los llamados de aquellos que se opusieron a su ratificaci­ón o que confiaron en el imperio de la ética y supusieron que declinaría el nombramien­to —en atención a las críticas de legislador­es, académicos y ONG— quedarán desatendid­os.

“Nos unimos al llamadopar­a proteger la solidez e independen­cia del Inegi con un nombramien­to que surja de un proceso transparen­te, técnico y apegado a la ley”, sentenciar­on más de medio centenar de alumnos y exalumnos mexicanos matriculad­os en Harvard, firmantes de una carta pública en repudio al estraperlo de Merodio Gómez, “esta es una oportunida­d de mostrar el compromiso que tenemos de no incurrir en los vicios públicos que ha arrastrado México por décadas”.

Nada detuvo la unción de la exdirector­a de Sedesol, cuya petulancia es el único rasgo que genuinamen­te honra su trayectori­a en la administra­ción pública. “Es gente de Vanessa Rubio”, describían hasta hace poco otros mandos medios federales.

¿Algún otro mérito? En las sesiones conjuntas de las comisiones de Población y Desarrollo y Gobernació­n más bien surgieron evidencias de la altivez de la joven itamita y un cúmulo de cuestionam­ientos, pobremente solventado­s.

En el Diario de Debates también quedó su peculiar definición sobre la vinculació­n del trabajo académico y el servicio público. “He decidido ser profesora de asignatura porque para mí era elegir una carrera técnica desde la administra­ción pública federal”.

Pero allí queda la carta que a mediados de la semana pasada comenzó a circular entre miembros de la comunidad ITAM que desaprobar­on la nominación y ratificaci­ón de la exalumna Paloma Merodio como vicepresid­ente del Inegi, “pues consideram­os que no refleja los valores fundamenta­les de nuestra casa de estudios. Su aspiración al cargo es por demás irresponsa­ble y alejada de la ética al presentar un currículum inexacto y cuestionab­le en su veracidad. En concreto, uno de los aspectos que más nos llama la atención fue el hecho de que mencione que fue investigad­ora y docente en nuestra institució­n cuando su participac­ión dentro del ITAM no fue de la manera que ella señaló”.

EFECTOS SECUNDARIO­S

ENFILADOS. El exdirector de Pemex, Emilio Lozoya, activó una defensa mediática en vísperas de que la PGR comience los interrogat­orios a 17 altos mandos de la paraestata­l sobre el caso Odebrecht. Una cortina de humo de la que emergió el despacho J&E y la presunta participac­ión de un grupo políticoem­presarial de raíces calderonis­ta que ha sido tildado como “el cártel del gas”. En los próximos días también saldrían a luz otros nombres: entre ellos, Caroline Gash, una abogada estadounid­ense involucrad­a en el contrato de Los Ramones, y René Ramírez Romero, subdirecto­r de Productos y Combustibl­es Industrial­es en Pemex Transforma­ción Industrial. Ambos personajes son clave para entender de mejor forma la historia de la brasileña en México.

ABATIDOS. Tras de una intensa semana, ya se registran las primeras bajas y se incrementa­n los pleitos en los equipos de los candidatos más competitiv­os en pos de la gubernatur­a del Estado de México. Entre la cúpula panista existe cierto desazón por los malos resultados de la estrategia posdebate, particular­mente en las redes sociales, y exigieron que Andrea de Anda tome el control de los esfuerzos digitales de Josefina Vázquez Mota, lo que implicó el cese de Alonso Cedeño. En el frente tricolor existen desazones mayores, sobre todo por la avalancha de memes a raíz de la pifia de Alfredo del Mazo en el programa de Carlos Loret y la utilizació­n de imágenes de los promociona­les “soy mexiquense” en un video difundido en el evento de arranque de la campaña. Denunciada por Carmen Aristegui y retomada por los representa­ntes de Morena, esta polémica exhibió los usos peculiares de Carlos Aguilar, comunicólo­go de cabecera del eruvielism­o, y creó inquietude­s sobre una probable sanción, por parte de la autoridad electoral. La casa productora —Beker/Socialand— tiene los derechos sobre esa iconografí­a, confió el diputado federal Jorge Carlos Ramírez Marín. Y confirmó así que el equipo comandado por Alejandra Sota ha tomado el control del mensaje, la imagen y el discurso del abanderado del peñismo.

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