La vicepresidenta y el Inegi
Con más pena que gloria, Paloma Merodio llega a la Junta de gobierno del Inegi. Como becaria de la Fundación Harvard, en sus épocas estudiantiles, pudo realizar breves estancias en Bangladesh, Indonesia y Nicaragua hace una década.
Del golfo de Bengala y el mar de Java —donde acompañada de un intérprete recolectó información sobre los sistemas de aprovisionamiento de agua potable y saneamiento— a Aguascalientes. La nueva vicepresidenta del Inegi asumirá la titularidad del subsistema nacional de información geográfica y del medioambiente. Ni la información demográfica y social, ni la información económica del Estado mexicano obedecerán sus directrices.
Merodio Gómez perderá la oportunidad, por ahora, de que sean implementadas sus ideas revolucionarias para eficientizar la recolección de información y aprovechar los datos almacenados en los registros administrativos municipales y estatales.
Y los llamados de aquellos que se opusieron a su ratificación o que confiaron en el imperio de la ética y supusieron que declinaría el nombramiento —en atención a las críticas de legisladores, académicos y ONG— quedarán desatendidos.
“Nos unimos al llamadopara proteger la solidez e independencia del Inegi con un nombramiento que surja de un proceso transparente, técnico y apegado a la ley”, sentenciaron más de medio centenar de alumnos y exalumnos mexicanos matriculados en Harvard, firmantes de una carta pública en repudio al estraperlo de Merodio Gómez, “esta es una oportunidad de mostrar el compromiso que tenemos de no incurrir en los vicios públicos que ha arrastrado México por décadas”.
Nada detuvo la unción de la exdirectora de Sedesol, cuya petulancia es el único rasgo que genuinamente honra su trayectoria en la administración pública. “Es gente de Vanessa Rubio”, describían hasta hace poco otros mandos medios federales.
¿Algún otro mérito? En las sesiones conjuntas de las comisiones de Población y Desarrollo y Gobernación más bien surgieron evidencias de la altivez de la joven itamita y un cúmulo de cuestionamientos, pobremente solventados.
En el Diario de Debates también quedó su peculiar definición sobre la vinculación del trabajo académico y el servicio público. “He decidido ser profesora de asignatura porque para mí era elegir una carrera técnica desde la administración pública federal”.
Pero allí queda la carta que a mediados de la semana pasada comenzó a circular entre miembros de la comunidad ITAM que desaprobaron la nominación y ratificación de la exalumna Paloma Merodio como vicepresidente del Inegi, “pues consideramos que no refleja los valores fundamentales de nuestra casa de estudios. Su aspiración al cargo es por demás irresponsable y alejada de la ética al presentar un currículum inexacto y cuestionable en su veracidad. En concreto, uno de los aspectos que más nos llama la atención fue el hecho de que mencione que fue investigadora y docente en nuestra institución cuando su participación dentro del ITAM no fue de la manera que ella señaló”.
EFECTOS SECUNDARIOS
ENFILADOS. El exdirector de Pemex, Emilio Lozoya, activó una defensa mediática en vísperas de que la PGR comience los interrogatorios a 17 altos mandos de la paraestatal sobre el caso Odebrecht. Una cortina de humo de la que emergió el despacho J&E y la presunta participación de un grupo políticoempresarial de raíces calderonista que ha sido tildado como “el cártel del gas”. En los próximos días también saldrían a luz otros nombres: entre ellos, Caroline Gash, una abogada estadounidense involucrada en el contrato de Los Ramones, y René Ramírez Romero, subdirector de Productos y Combustibles Industriales en Pemex Transformación Industrial. Ambos personajes son clave para entender de mejor forma la historia de la brasileña en México.
ABATIDOS. Tras de una intensa semana, ya se registran las primeras bajas y se incrementan los pleitos en los equipos de los candidatos más competitivos en pos de la gubernatura del Estado de México. Entre la cúpula panista existe cierto desazón por los malos resultados de la estrategia posdebate, particularmente en las redes sociales, y exigieron que Andrea de Anda tome el control de los esfuerzos digitales de Josefina Vázquez Mota, lo que implicó el cese de Alonso Cedeño. En el frente tricolor existen desazones mayores, sobre todo por la avalancha de memes a raíz de la pifia de Alfredo del Mazo en el programa de Carlos Loret y la utilización de imágenes de los promocionales “soy mexiquense” en un video difundido en el evento de arranque de la campaña. Denunciada por Carmen Aristegui y retomada por los representantes de Morena, esta polémica exhibió los usos peculiares de Carlos Aguilar, comunicólogo de cabecera del eruvielismo, y creó inquietudes sobre una probable sanción, por parte de la autoridad electoral. La casa productora —Beker/Socialand— tiene los derechos sobre esa iconografía, confió el diputado federal Jorge Carlos Ramírez Marín. Y confirmó así que el equipo comandado por Alejandra Sota ha tomado el control del mensaje, la imagen y el discurso del abanderado del peñismo.