Prudencia ante elecciones en Francia
A DÍAS de la primera vuelta de las elecciones francesas, los inversionistas son prudentes y observan al detalle los sondeos para anticipar un resultado que podría ser clave para el futuro de la zona euro.
“¿Quién gobernará? Esa no es realmente la cuestión (...) Lo que queremos medir es, ante todo, el riesgo para el euro”, afirma Samy Chaar, economista del banco privado Lombard Odier, en Ginebra.
Los mercados temen una victoria de la candidata de extrema derecha Marine Le Pen, que defiende la salida del euro y de la Unión Europea tras un referéndum. Una hipótesis improbable, pero que, si se hiciera realidad, debilitaría la estructura europea.
La primera vuelta se celebra este domingo y la segunda, el 7 de mayo.
“Poner en duda el euro, la segunda divisa más utilizada en el mundo en términos de flujos comerciales y de ahorro, constituiría un grave riesgo para los inversionistas internacionales y sus clientes”, pronostica Chaar.
Según Eric Brard, responsable mundial de gestión de tasas en Amundi, hasta ahora “no hay movimientos financieros de desconfianza ni de especulación”.
“En todo el mundo, los analistas examinan desde hace varias semanas los artículos de la Constitución francesa y los mecanismos electorales franceses”, explica un trader que requiere el anonimato.
Los inversionistas se han dado cuenta de que “incluso si Marine Le Pen sale elegida, le sería muy difícil aplicar su política” de salida del euro debido a las barreras constitucionales y políticas, concluye Chaar.
Por eso, “el ambiente está tranquilo en los mercados, pero la prudencia es de rigor, porque no queremos que se repitan episodios como el Brexit o la elección de Donald Trump”, que sorprendieron a un gran número de observadores, afirma Christopher Dembik, responsable de investigación económica para Saxo Banque.
Los inversionistas consideran un duelo entre Le Pen y Mélenchon como un “cisne negro”, es decir, una hipótesis muy improbable pero que, de hacerse realidad, tendría un impacto masivo en los mercados, según Dembik.
Algunos expertos mencionan el riesgo de bank run (pánico financiero), que designa una retirada masiva de depósitos bancarios por parte de los clientes y “una degradación muy rápida de la nota (de la deuda) francesa”.