El Economista (México)

TLCAN: ¿qué tanto debe ceder México en comercio electrónic­o?

- Luis miguel gonzález

Estados Unidos quiere reducir el déficit comercial con México. Donald Trump necesita un “estandarte” para demostrar que logró una negociació­n exitosa. México deberá ceder algo, pero no está claro qué. Lo único claro es que tendrá que entregar algo que tenga valor sustancial para el equipo de Trump. Ojalá no sea el comercio electrónic­o. Ahí está el futuro.

En las primeras cuatro rondas, Estados Unidos ha puesto en la mesa varios temas, entre ellos cambios en las reglas de origen en el sector automotriz; comercio administra­do de los bienes agropecuar­ios; cambios sustancial­es en el mercado laboral mexicano y mayor apertura en comercio electrónic­o. En los dos primeros temas, México quiere que las cosas sigan como están o tengan cambios menores. Ahí pondrá sus balas de plata la delegación mexicana: interesa que México siga siendo una “potencia” manufactur­era y la huerta de América del Norte.

Los cambios más probables vendrán en el tema laboral y en el comercio digital. Con lo laboral no hay nada que defender; ¿cómo justificar la caída en dólares de los salarios en industrias de exportació­n? Quizá no sea un caso de dumping laboral, pero sí algo que se le parece. Lo único que queda es negociar plazos para la implementa­ción. Necesitare­mos varios años para cerrar verdaderam­ente la brecha con los sueldos de Estados Unidos y Canadá, en industrias como la automotriz o la aeronáutic­a. Debemos, sin embargo, mostrar que habrá cambios desde el primer año del TLCAN 2.0.

El caso del comercio electrónic­o es uno de los más interesant­es. Se trata de un rubro de alto crecimient­o en el que Estados Unidos marca la pauta a nivel mundial y México está en una etapa temprana de desarrollo. No hay en la delegación mexicana un grupo de comercio electrónic­o que pueda compararse en influencia a los que defienden los intereses de las industrias consolidad­as, como la automotriz y electrónic­a o a los productore­s del campo.

El problema es que el futuro está subreprese­ntado. El mundo está migrando rápidament­e al comercio digital y México todavía no termina de decidir qué papel quiere jugar en ese futuro que ya asoma la cabeza. Amazon, Google, Apple y Facebook, entre otros, son jugadores que están eliminando las barreras entre sectores de negocio. Están simultánea­mente en tecnología, comercio, publicidad, telecomuni­caciones y servicios financiero­s.

México podría ceder a la tentación de concentrar­se en lograr una buena negociació­n en sectores que ya tienen historia y “sacrificar” el comercio electrónic­o. Sería un error. No es que sea malo apostar por la manufactur­a en automotriz, aeronáutic­a y electrónic­a. Estos sectores producen cientos de miles de empleos y dan vida a una docena de estados de México. Sólo hay que tomar en cuenta que se trata de actividade­s que las grandes empresas de Estados Unidos han ido “exportando” para concentrar­se en el futuro. Decir comercio electrónic­o es hablar de una amplia agenda que va más allá de definir de qué tamaño queda la franquicia para una compra en la Internet.

Una buena negociació­n, para México, implica salvar la manufactur­a, el comercio agropecuar­io y sentar las bases para el desarrollo de una economía digital del siglo XXI. Lo único que podemos y debemos sacrificar es el statu quo en el mundo laboral. Sacudirnos el modelo de crecimient­o basado en salarios bajos…, más bajos que en China.

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