Erdogan busca arreglar crisis a su propia forma
ANTE LA crisis que está sufriendo actualmente Turquía, el país liderado por Recep Tayyip Erdogan no ha buscado subir sus tasas de interés, o bien, recibir ayuda internacional.
De acuerdo con una publicación de Project Syndicate, Turquía trata de reescribir “el capítulo sobre gestión de crisis en el libro de estrategias de mercados emergentes”.
Refiere que el gobierno de Erdogan, en lugar de optar por un alza de las tasas de interés y un ancla de financiamiento externo para apoyar los ajustes de política interna, adoptó una combinación de medidas menos directas y más parciales.
El texto destaca que el gobierno en vez de apegarse al enfoque adoptado por muchos otros países —elevar sus tasas de interés o buscar algún tipo de ayuda del Fondo Monetario Internacional— ha evitado ambos de manera muy pública.
“Turquía ha tomado una variedad de medidas que intentan simular, aunque parcialmente, el enfoque tradicional que las economías emergentes han tendido a seguir en el pasado”, acotó Mohamed El Erian, economista autor del texto.
La semana pasada, el Banco Central endureció las condiciones de financiamiento y, al mismo tiempo, proporcionó 6,000 milones de liras a los bancos nacionales. Además, hizo más difícil para los extranjeros acceder a la lira, lo que exprimió a los especuladores que habían reducido la moneda.
A su vez, Qatar anunció 15,000 millones de dólares de la inversión directa en Turquía.
“En medio de todo esto, el gobierno encontró tiempo para tomar represalias contra Estados Unidos”, enfatizó Mohamed El Erian.
Con estas medidas, se espera que la economía turca recupere su equilibrio, ya que de continuar la turbulencia monetaria, la economía de Turquía podría entrar en una recesión, aumentaría la inflación, presionaría al sistema bancario y aumentaría las bancarrotas corporativas.
“En ausencia de medidas adicionales, es poco probable que se haya logrado una masa crítica de pasos correctivos en Turquía. Si bien los ajustes de la política interna brindan alivio a corto plazo para la moneda, aún no son completos ni suficientes como para devolver a Turquía un camino prometedor para el crecimiento económico inclusivo y la estabilidad financiera duradera”, aseveró.
CONTAGIO
Con la crisis, el contagio a mercados emergentes fue inminente. El primer impacto fue de naturaleza técnica, impulsado por las salidas generalizadas de los mercados de divisas y bonos de Turquía.
“Mientras más tiempo este contagio continúe, mayor será la preocupación de que conduzca a resultados financieros y económicos más perjudiciales. Como tal, los bancos centrales de varias economías emergentes, tan diversas como Argentina, Hong Kong e Indonesia, se sintieron obligados a tomar contramedidas”, alertó el autor.
La crisis por la que actualmente está pasando el país turco se aceleró con el desplome de la lira turca, lo cual fue causado por la duplicación de los aranceles que impuso el gobierno estadounidense de Donald Trump al acero y aluminio proveniente de Turquía.