El peatón continúa en el olvido dentro de las grandes urbes
EL 17 de agosto de 1897, Bridget Driscoll murió atropellada por un vehículo de motor, siendo el primer caso registrado. A partir de esa fecha, se oficializó el Día Mundial del Peatón, un tema que desde entonces y hasta nuestros días, sigue siendo un reto para las urbes en diferentes partes del mundo.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que los peatones y ciclistas (26%), constituyen la mayor proporción de lesionados o muertos en las vialidades, sobre todo entre personas de edades comprendidas entre los 15 y los 29 años.
Para México, la problemática no es muy distinta, de acuerdo con el informe sobre la Situación Vial, México 2017, emitido por la Secretaría de Salud, los accidentes de tránsito se encuentran entre las 10 principales causas de muerte. Se habla de 16,185 defunciones por esta causa y de las cuales, la mayoría, 7,137 son de peatones.
Estudios de organismos internacionales en materia de vialidad indican que nuestro país ocupa el noveno lugar a nivel mundial en muertes por accidentes de tránsito, incluidos los atropellamientos a peatones.
Ante este panorama, organizaciones de la sociedad civil como El Poder del Consumidor, Transita Segura México, Cruce Colectivo y Área Común, solicitaron a las autoridades corresponsables trabajar bajo los principios de la píramide de la movilidad, donde el peatón va primero.
“Por décadas se ha desarrollado un modelo excluyente de movilidad que ha privilegiado el diseño de infraestructura que beneficia sólo el uso del automóvil, lo que trae como resultado el olvido de diseños a una escala humana que garanticen la seguridad y respecto de vida de los usuarios más vulnerables de la vía (peatones y ciclistas)”, dijo Víctor Alvarado coordinador de Movilidad de El Poder del Consumidor.
Los actores más vulnerables son las personas de la tercera edad o usuarios de la vía pública con alguna discapacidad, a quienes ni siquiera se les considera en la planeación o estructura urbana.
Como parte de las acciones, especialistas de Espacio Público y Movilidad Urbana de la UNAM e integrantes de Cruce Colectivo recorrieron vialidades, senderos peatonales y espacios públicos de alta relevancia dentro de la Zona Metropolitana del Valle de México, después de este recorrido, diagnosticaron que el diseño de vialidades y su infraestructura sigue privilegiando el flujo de vehículos por encima de líneas de deseo peatonal.
Como ejemplo, la existencia de puentes que denominan antipeatonales, que, de acuerdo con cifras del Instituto de Geografía de la UNAM, 26.68% de los accidentes en la CDMX ocurre a menos de 300 metros de 66.45% de los puentes. Los especialistas señalaron que estas cifras demuestran la ineficiencia y poca accesibilidad de estas estructuras.
Sin embargo, hay un pequeño avance, la recuperación de espacio público y su rehabilitación han creado espacios donde los peatones se sienten seguros para estar y convivir, ya que les permite conectarse con sus necesidades de movilidad y esparcimiento de forma segura. Maytonce García, directora de Transita Se- guro, afirmó que “es importante valorizar las sendas peatonales con verdadera accesibilidad universal, esquinas sin puestos ambulantes o infraestructura urbana, como innumerables teléfonos públicos, etcétera. Solicitamos a las autoridades de tránsito tomar medidas enérgicas para amonestar y retirar a todo vehículo que se estacione sobre una banqueta, incluso sea el acceso a su cochera, pues entorpece el lugar sagrado para el peatón: la banqueta”.
USO DEL CELULAR, RIESGO PARA EL PEATÓN
Tan sólo en la Ciudad de México y su zona conurbada se realizan caminando cerca de 11 millones de viajes en un día típico entre semana, de acuerdo con el Estudio Origen-destino 2017, coordinado por el Inegi en colaboración con los institutos de Ingeniería y de Investigaciones Sociales de la UNAM, y los gobiernos de la ciudad y del Estado de México.
“Pero en realidad todos somos peatones en algún momento”, afirmó Rocío Romero Hernández, subdirectora de Promoción y Desarrollo de proyectos de la Dirección de Movilidad de la UNAM.
En el caso de los peatones, la especialista identificó el uso del celular como uno de los mayores riesgos para la seguridad, sobre todo al cruzar las calles. Estudios hechos en ambientes de realidad virtual han mostrado que usar el teléfono móvil eleva la distracción de los peatones y los pone en riesgo, dificulta el cruzar las calles y hace que se camine más lentamente mientras se tiene una llamada, incluso más que cuando se escucha música.
Las distracciones causadas por usar el celular pueden ser visuales, ya que desvían la vista del camino, por ejemplo, al ver la pantalla del celular al momento de leer un mensaje; cognitivas, cuando apartan la atención de la calle y del acto de manejar o caminar, como al pensar las respuestas en una conversación al teléfono); físicas, cuando se dejan de usar una o ambas manos para conducir al responder una llamada o un mensaje en el celular; o auditivas, si desvían la atención de los sonidos del tránsito como un claxon o ambulancia, durante las llamadas y al escuchar música).
Con la identificación de problemas muy concretos, el tema del peatón y la movilidad vial podría ir mejorando en la estadística; sin embargo, esto también requiere de voluntad política que dé prioridad a la infraestructura peatonal.