El Financiero

La escuela que queremos

- JENNIFER L. O’DONOGHUE* *Directora de Investigac­ión, Mexicanos Primero

Esta semana, a lo largo del país, casi 26 millones de niñas, niños y jóvenes ingresan por primera vez o regresan a las escuelas de educación básica (SEP, Comunicado 371). Es una época de gran emoción entre los alumnos y sus familias: ¡primer día del kínder! ¡ser de los grandes en la primaria! ¡pasar a la secundaria! ¡conocer al nuevo maestro! ¡conocer a los nuevos alumnos! ¡ver a los amigos! ¡aprender!

Al mismo tiempo, estamos atestiguan­do la violación del derecho a la educación de más de un millón de niños y jóvenes cuyas escuelas siguen cerradas desde el 15 de mayo en Chiapas, la Ciudad de México, Guerrero, Michoacán y Oaxaca. Como lo expresó un padre buscando abrir la secundaria de su hijo en Chiapas, nadie puede regresar a los niños los aprendizaj­es perdidos de los ya 80 días (casi la mitad de un ciclo escolar) que se han quedado sin escuela en los últimos meses.

En este contexto, no sorprenden el desánimo y la pérdida de esperanza. ¿Y cómo no cuando hemos llegado al punto de congratula­rnos por el simple hecho de que (la mayoría de) las escuelas se abren? Necesitamo­s algo más, algo diferente.

En Mexicanos Primero, proponemos que, en vez de rendirnos, tomemos el arranque del ciclo escolar 2016-2017 como un momento oportuno para la reflexión: ¿A qué tipo de espacio queremos que lleguen nuestros pequeños? ¿Cómo es la escuela que queremos? ¿Y cómo podemos llegar ahí?

Una escuela no es un lugar, un edificio con cierto tipo de infraestru­ctura. Hablo como mamá: no dejaría a mis hijos a aprender solos en un edificio, aun el más equipado de México. Tampoco es un “centro de trabajo” (como se suele decir en México) con su clave administra­tiva para realizar el pago al personal que ahí labore; aunque es imprescind­ible que estén maestros, directivos y otro personal de apoyo. Poner el enfoque exclusivam­ente en la relación laboral no refleja la gran expectativ­a social que tenemos para una escuela: que sea el principal mecanismo para respetar, proteger y promover el derecho a la educación.

Una escuela verdadera es, antes que nada, una comunidad que se construye con personas –niñas, niños y jóvenes, maestras y maestros, y familias–, y con las relaciones y procesos que se establecen entre ellas para aprender juntos dentro de un contexto digno y con su debida red de apoyo. La escuela es el primer eslabón del sistema educativo y, como tal, tendría que ser el más fuerte y el más cuidado.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico