Las lechugas de Trump
“¿Estaría dispuesto a comprar una lechuga que le cueste 10 dólares?”
Imagínese este comercial de no más de 10 segundos saliendo a diario en la TV y radio de Estados Unidos, por todos los canales principales e incluso en la televisión de paga. ¿Qué pensaría usted, señor ciudadano? Los ambientalistas dirían que, por supuesto, cómo no va costar 10 dólares una lechuga si el cambio climático está causando problemas a la agricultura. Otros pensarían que tal vez algunos se quieren beneficiar cartelizando el mercado. Las opciones podrían ser amplias.
Pero, con el paso del tiempo y la persistencia de la campaña de la lechuga de 10 dólares, la gente se preguntaría ¿por qué me siguen molestando con ese comercial? y empezaría a irritarse. Bien. Al cabo de tres semanas, el comercial cambiaría y tendría esta frase: “10 dólares por una lechuga. Esto es lo que pagará usted si Donald Trump cumple la promesa de expulsar a los migrantes indocumentados de Estados Unidos”. Si usted ha perdido su trabajo y está amenazado con perder su casa, seguramente encontrará atractivo el discurso de Trump: está desempleado y tomará lo que le ofrezca alguien que piense en usted. Pero, al mismo tiempo, no querrá pagar 10 dólares por una lechuga.
Este es el debate complejo en el que están demasiados votantes de Estados Unidos alrededor del discurso de Trump: decisiones difíciles a nivel humano y para toda la sociedad versus necesidades acuciantes para la propia familia.
El gobierno mexicano no debe meterse en la política norteamericana, pero los empresarios sí pueden y deben hacerlo. Si repatrian a sus países a 11 millones de indocumentados, todos los precios
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