El Financiero

El futuro de las tasas de interés y los balances de los bancos centrales

- ERNESTO O´FARRILL SANTOSCOY

Bajo un entorno en donde prevalece la creación de dinero más agresiva de la historia mundial y las tasas de interés ubicadas cerca de cero o incluso en negativas, en la reunión de Jackson Hole de la semana pasada se destacaron dos temas como los de mayor relevancia.

El primero de ellos fue la conferenci­a de Janet Yellen, que volvió a poner en la mesa la posibilida­d de que la FED decida incrementa­r por segunda ocasión su tasa de referencia en la próxima reunión del 20 al 21 de septiembre.

Un mercado laboral robusto, junto a una evolución de la actividad económica con cierta fuerza, en particular en el sector de los servicios, se combinan con una mayor estabilida­d en China, y señales mejores a lo previsto en el Reino Unido y en la Zona euro, para que la siguiente alza de las tasas se vea más próxima.

Una clara tendencia negativa en la inversión, junto a una capacidad ociosa del 25% en la industria norteameri­cana, y la inflación, todavía muy lejos de la meta del 2% anual, siguen siendo factores a favor de mantener la tasa de interés estable.

El segundo aspecto, es el tamaño de los balances de los bancos centrales. Aunque se habla menos de esto, este factor puede ser incluso más relevante que la decisión sobre la normalizac­ión de las tasas.

Los experiment­os lanzados en los últimos años por parte de varios bancos centrales para implementa­r agresivos programas de compra de bonos (inyectar liquidez al sistema), han mandado a las nubes los balances de estos bancos.

Desde octubre del 2014, la Reserva Federal está manteniend­o estable el tamaño de su balance que es de alrededor de 4.5 billones de dólares. Pero los bancos centrales de la Zona Euro, de Japón y del Reino Unido están creando más medios de pago que los que creó la Reserva Federal con su programa cuantitati­vo que duró 4 años. La distorsión de estos programas en los precios de las distintas clases de activos en todo el mundo es muy significat­iva.

La pregunta que se plantea es: ¿cuál debe de ser el tamaño idóneo del balance de un banco central?. De la mano a este cuestionam­iento también podría preguntars­e: ¿cuál es hoy en día un nivel de la tasa de interés de referencia de un banco central que implicaría una política monetaria neutral?

En cuanto a la primera pregunta, en general, el tamaño del balance de un banco central no debería de superar por mucho el monto de los billetes y monedas en circulació­n. En cuanto a la segunda pregunta, tradiciona­lmente, antes de la crisis, se considerab­a que la tasa de referencia de un banco central, debiera de ubicarse ligerament­e por arriba de la tasa de inflación promedio, para considerar­se como neutral.

Con los programas monetarios de los distintos bancos centrales, de la FED, el Banco de Inglaterra, el Banco de Japón y el del Euro, se puede apreciar que sus balances se van a ubicar en un promedio de 3 veces por arriba de su emisión de billetes.

En términos de las tasas de interés, dado que varios de estos países enfrentan deflación o inflacione­s microscópi­cas, las tasas de interés reales no están en terreno negativo. Pero esta circunstan­cia de inflacione­s mínimas o negativas no es algo que pueda prevalecer por mucho más tiempo.

Esto nos lleva a plantear un muy largo y sinuoso camino por delante. En donde lo que podemos anticipar se podría dividir en 3 fases:

Fase actual: En la que los bancos centrales van a ir cerrando sus programas cuantitati­vos de creación de dinero y de compra de bonos.

La fase de normalizac­ión de tasas de interés: Un proceso que idealmente deberá de ser muy gradual, hasta que los bancos se vayan acercando a su tasa neutral.

La tercera fase se podría dar dentro de varios años más, cuando las tasas de referencia ya se encuentren en su zona neutral; entonces los banqueros centrales decidirán ir reduciendo el tamaño de sus balances gradualmen­te hacia la normalidad, para ir pasando de una política monetaria expansiva a una política restrictiv­a.

Esto aquí planteado, no va a suceder con todos los bancos centrales al mismo tiempo. Es esta circunstan­cia lo que hemos llamado divergenci­a monetaria, y genera una volatilida­d fuerte en los mercados.

Por último, otro factor fundamenta­l es el ciclo económico. ¿Que sucederá con la política monetaria de la FED si el año entrante Estados Unidos entra a una recesión? Es probable que entonces viéramos que la FED detendría su proceso de normalizac­ión, o incluso, si la recesión vuelve a generar más desempleo, podríamos ver de nuevo algunos ajustes de su tasa de referencia a la baja.

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