¿Cuáles son las opciones de Banxico?
El aumento en el precio del dólar a niveles máximos históricos hasta antes del debate presidencial del lunes en la noche, es la principal razón por la que mañana el Banco de México (Banxico) podría incrementar la tasa de interés de referencia.
La depreciación del peso, impulsada en gran medida por la incertidumbre asociada al resultado del proceso electoral en Estados Unidos, empieza a afectar las expectativas inflacionarias y el comportamiento de la inflación misma.
En la primera quincena de septiembre la inflación anual saltó a 2.88 por ciento desde 2.66 por ciento en la segunda mitad de agosto.
Además la inflación subyacente mantiene su tendencia al alza, como se esperaba, pero ya se ubicó por arriba de 3 por ciento anual.
Su aumento es resultado del incremento en los precios de las mercancías, cuya tendencia alcista continúa y en la primera quincena del mes avanzaron 3.87 por ciento anual.
A su interior destaca el acelerado crecimiento en los precios de las mercancías alimenticias.
En su reunión de mañana, el Banxico deberá determinar si ya hay evidencia de un mayor traspaso de la depreciación del peso a los precios.
La reunión del banco central será importante no sólo por la decisión de política monetaria en sí, sino por los asistentes.
Además de los cinco integrantes de la junta de gobierno del Banxico, encabezados por su gobernador y presidente, Agustín Carstens, se espera la asistencia por primera vez del nuevo secretario de Hacienda, José Antonio Meade,
y de la subsecretaria Vanessa Rubio.
¿Cuáles son las opciones del banco central ante la depreciación del peso y su traspaso a los precios?
Las posibilidades son cuatro, según algunos analistas, entre ellos Ernesto O’farrill, presidente de Bursamétrica:
La primera es no hacer nada y mantener la tasa de interés en el nivel de 4.25 por ciento.
La segunda es subirla en 50 puntos base, a 4.75 por ciento.
La tercera es elevarla en 75 puntos base, a 5 por ciento, como lo pronostica Banamex.
Y la cuarta es una acción coordinada entre la Secretaría de Hacienda y el Banxico: un ajuste adicional al gasto público, un incremento de la tasa de interés de referencia y una advertencia de intervenciones directas en el mercado cambiario ante ataques especulativos.
Un ‘triple play’ con acciones de políticas fiscal, monetaria y cambiaria.
Las autoridades financieras no la tienen nada fácil, pues si el banco central no hace nada se dirá que no está preocupado por la situación.
Si sube la tasa 50 puntos base, sería la tercera acción similar en este año. Es decir, la tasa de interés acumularía un incremento de 150 puntos base.
El ‘apretón’ no sólo implicaría costos para la economía, sino también para la deuda pública y presionaría el déficit fiscal, en perjuicio de la meta de pasar a un superávit primario a partir de 2017.
Si eleva la tasa en 75 puntos base, sería una acción de gran magnitud y sentaría un precedente para los próximos incrementos en las futuras decisiones de política monetaria.
Los escenarios anteriores están sujetos a riesgos, pero eso es motivo de otro análisis.
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