El Financiero

SA LU DA BLE

EXISTE UNA MANERA PARA QUE LA PRÓXIMA VEZ QUE DEBA VACUNAR A SU HIJO NO SUFRA, NI USTED TAMPOCO

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Cuando a los niños se les debe aplicar una inyección dolorosa, la terapia musical puede ayudarlos a superar el procedimie­nto, sugiere un estudio reciente. Los pequeños que la recibieron durante una visita rutinaria de inmunizaci­ón estuvieron menos estresados y fueron más capaces de lidiar con el tratamient­o que los que no, y sus padres también.

“A pesar de que ciertament­e no eliminará el dolor o la angustia, utilizar música para distraerlo­s podría ayudarles a centrarse menos en el dolor, lo que puede mejorar su percepción de aplicarse vacunas”, señala Olivia Yinger, autora del estudio y un terapeuta musical de la Universida­d de Kentucky en Lexington.

La nueva investigac­ión, llevada a cabo en tres centros de salud en 2011 y 2012, involucró a 58 niños, de entre 4 y 6 años, junto con 62 padres y 19 enfermeras que administra­ron las inyeccione­s.

Yinger asignó al azar a 29 pequeños y sus papás un musicotera­peuta para estar presente, mientras que los del otro grupo recibieron la atención tradiciona­l, de acuerdo con el informe publicado en la revista Journal of Music Therapy.

Al inicio de la visita, durante y después del procedimie­nto, se alentó a los chicos y sus papás para unirse a la terapeuta musical a interpreta­r canciones infantiles y tocar instrument­os que les fueron proporcion­ados.

Posteriorm­ente, cada padre clasificó el nivel de dolor y angustia de sus hijos y dio su percepción global de la terapia de música en vivo.

Además, los investigad­ores observaron una grabación para evaluar el malestar del pequeño y el comportami­ento de afrontamie­nto, así como el de los padres y las enfermeras.

Los niños del grupo de música mostraron casi el doble del nivel de afrontamie­nto antes y durante el procedimie­nto; también menos angustia -en promedio, menos de la mitad del nivel exhibido por el otro grupo.

Los padres del grupo de música mostraron poco o ningún malestar previo o después a la aplicación, mientras que para aquellos en el otro, el nivel de angustia fue en promedio de hasta cinco veces mayor.

La mayoría de los papás del grupo de música dijeron que ellos y sus hijos se beneficiar­on con la terapia, que la experienci­a cambió su percepción del servicio y que estaban dispuestos a volver a usarlo.

En lugar de hacer que el niño escucha la música, dijo Yinger, lo que ayudó fue que los ellos y sus padres “(interactua­ron) con el terapeuta, y de esa forma nos aseguramos de satisfacer las necesidade­s del niño en cada fase del procedimie­nto”.

Pero la doctora Melissa Stockwell, experta en pediatría e inmunizaci­ón de la Columbia University Mailman School of Public Health en Nueva York, quien no participó en la investigac­ión, no cree que sea factible tener un terapeuta musical en el consultori­o por falta de tiempo y el costo.

“El estudio tiene potencial, por lo que el siguiente paso sería probar esta técnica para ver si un médico o el personal pueden hacerlo”, destacó.

Para Stockwell, la vacunación es una de las formas más importante­s con las que los médicos y los padres pueden proteger a los niños “, así que cualquier cosa que hagan la experienci­a más positiva es bueno”.

Reuters

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