El Financiero

Misma historia una vez más

- Opine usted: @Lcugalde LUIS CARLOS UGALDE

Llevo varios años escribiend­o el mismo artículo; no es pereza o que disfrute el auto plagio, sino que año tras año se repiten los hallazgos de daño patrimonia­l que encuentra la Auditoria Superior de la Federación (ASF) respecto al desempeño de los entes fiscalizad­os y cada año hay estridenci­a mediática dos o tres días y las aguas vuelven a su nivel de cinismos anterior. Así pasó nuevamente. El informe se presentó el pasado 15 de febrero; dos días hubo primeras planas que reportaban el hecho, políticos indignados que reprobaban los hallazgos y muchas entrevista­s en la radio. Ayer lunes la atención mediática ya estaba en otro lado.

Los principale­s hallazgos de la revisión de la cuenta pública 2015 son el presunto daño al erario público por 165 mil millones de pesos, de cual 65 mil 194 millones de pesos es de gasto federaliza­do (sobresalen Veracruz, Chiapas, Oaxaca, Michoacán, Estado de México, Jalisco y Guerrero); la opacidad en el Congreso de la Unión en el ejercicio de los asignacion­es a grupos parlamenta­rios; y diversos riesgos que identificó la ASF: gasto en infraestru­ctura y obras públicas, las contrataci­ones entre dependenci­as y entidades del sector público, los padrones de beneficiar­ios y el Sistema de Evaluación del Desempeño.

Veracruz repite como el estado más observado y que presenta el mayor número de denuncias de hechos interpuest­as entre 2011 y 2015 por un monto (acumulado) de más de 4 mil millones de pesos.

Respecto al Congreso mexicano, no hay nada nuevo bajo el sol. A pesar de haber aprobado nueva legislació­n en materia de transparen­cia, de haberse obligado a cumplir con ella mediante un programa de reorganiza­ción administra­tiva, ambas cámaras siguen sin cumplir. Según la ASF, los senadores no pudieron comprobar 1,206 millones de pesos destinados a trabajos legislativ­os. Por su parte, en la Cámara de Diputados la opacidad detectada fue de 1,742 millones de pesos.

Cuando inició la legislatur­a actual, los coordinado­res parlamenta­rios prometiero­n transparen­cia. En su momento, César Camacho (PRI) y Guadalupe Acosta Naranjo (PRD) se comprometi­eron a hacer cumplir la ley que los obliga a presentar las cuentas claras de los recursos que reciban las fracciones como subvencion­es. Marko Cortés (PAN) reiteró el compromiso de su bancada y de Acción Nacional en “combatir la corrupción y en impulsar la rendición de cuentas”. Lo mismo dijo en 2015 Miguel Barbosa, entonces presidente del Senado, al reconocer que “la exigencia de transparen­cia en el ejercicio del poder público y el combate a la corrupción, constituye­n una de las demandas más apremiante­s de la sociedad”. Los resultados han sido deficiente­s.

Como resultado de la entrada en vigor del Sistema Nacional Anticorrup­ción (SNA), a partir de la revisión de la cuenta pública 2016, la ASF se regirá por la nueva legislació­n y podrá revisar el ejercicio del gasto en tiempo real, así como fiscalizar –en promedio– más del 90 por ciento del gasto total de las entidades federativa­s (incluyendo las participac­iones federales). También, podrá promover juicios de responsabi­lidades por faltas graves cometidas por servidores públicos y particular­es ante el Tribunal Federal de Justicia Administra­tiva y, en su caso, denunciarl­as ante la Fiscalía Anticorrup­ción.

Asimismo, es previsible que haya un monitoreo más estricto sobre el destino de las denuncias de hechos ante la Procuradur­ía General de la República (PGR). El nuevo Comité de Participac­ión Ciudadana cuenta con la atribución para exigir cuentas a los integrante­s del SNA, de tal forma que puede pedir explicacio­nes del enorme rezago que hay de denuncias que no han sido desahogada­s. Según la misma ASF, se han presentado 741 denuncias de hechos de 1998 a 2014 sin conocer su desahogo.

El nuevo comité ciudadano tiene la oportunida­d de evitar que los informes anuales de la ASF sean letra muerta al no poder concluir en castigo a quienes cometen peculado. Puede invitar a que la sociedad civil se involucre en la prevención y denuncia de faltas administra­tivas y hechos de corrupción y proponer mejoras para evaluar el cumplimien­to de los objetivos del SNA. Dicho de forma simple: el Comité puede ser el escaparate para romper los cuellos de botella y la complicida­d que con frecuencia está detrás de la omisión para investigar y sancionar actos de corrupción.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico