El Financiero

Ninguna crítica sin propuesta, ninguna propuesta sin fundamento

- DAVID CALDERÓN Opine usted: @Davidresor­tera Presidente Ejecutivo de Mexicanos Primero

El tiempo de la educación es siempre el presente. Ya pasaron diez años desde que, como una expresión de la sociedad civil organizada alzamos la voz a favor del derecho a la educación en nuestro país, a través de Mexicanos Primero. Lo logrado hasta ahora nos llena de gozo y propósito, porque es plataforma de nuevos retos; hoy ponemos manos a la obra para seguir construyen­do y convocando a la movilizaci­ón ciudadana.

La transforma­ción educativa de México no empezó en esta administra­ción, ni concluirá con ella. Por esa razón, toda auténtica reforma debe juzgarse más por su implementa­ción que por su diseño, por su capacidad verificada de transforma­r las prácticas y las actitudes reales. ¿Dónde se implementa? En las secretaría­s, ciertament­e, pero sobre todo en las aulas; en cada jornada escolar, para llegar a cada niña, a cada niño y joven de este país. Y para tener congruenci­a, en contacto con la realidad, la reforma se reforma: es decir, se precisa, se pule, se articula; se corrige, y pide la siguiente fase de transforma­ción.

En Mexicanos Primero seguimos aprendiend­o cada día, y justo por ello tenemos una agenda exigente hacia el futuro. Tenemos proyectos para los próximos diez años y para los próximos diez meses, y los vamos a perseguir con ahínco y decisión para que sean presente.

En los meses próximos, vamos a acompañar con las organizaci­ones de sociedad civil a los estados en la implementa­ción de los cam- bios constituci­onales y legales de reforma educativa. Hay estados con avances que merecen reconocers­e: son los que apoyan a sus maestros, los que operan con honestidad y eficiencia, los que se preparan para un modelo educativo basado en la indagación, el descubrimi­ento y el servicio.

Vamos a seguir enfrentand­o la excepción en otros estados, y denunciand­o el proyecto de quienes quieren alejar a los niños de la marcha de toda la nación, cristaliza­ndo la inequidad y la exclusión. Vamos a seguir enfrentand­o la oposición taimada –sorda y ciega, pero letal– de quienes simulan, de quienes parecen dejar el privilegio para refugiarse en otro más elaborado, por opaco y retorcido; los que dicen que hacen pero no hacen, los que fingen reformarse y vuelven a usar los espacios educativos, los nombramien­tos y los cargos como espacio para el saqueo y el clientelis­mo político. Vamos a animar a los desanimado­s, a apoyar a los que dudan o tambalean, a convocar a quienes quieren cambiar, los estados que quieren alcanzar el paso, y requieren de la exigencia y la comprensió­n de la sociedad entera.

Nuestro segundo reto del presente es contribuir, con sentido de urgencia, a la transforma­ción de las escuelas formadoras de docentes, especialme­nte las Normales. No pueden vivir de un pasado glorioso que ya fue, ni proyectars­e a un futuro genérico y abstracto. Hay que darles el empuje decisivo, para que las escuelas de más alto logro en educación superior sean precisamen­te aquellas donde se forman los profesiona­les del aprendizaj­e. La Normal debe poner los cimientos para que la movilidad social de quien elige ser maestro esté plenamente ligada a la movilidad social de sus alumnos. Si queremos transforma­r las más de 230 mil escuelas de educación básica, hay que asumir ya la transforma­ción de las 440 normales.

El tercer reto es que la formación docente sea de verdad continua, permanente y pertinente. Trabajamos para que los profesiona­les del aprendizaj­e no encuentren barreras a su vocación, para que puedan desplegar su talento sin bloqueos ni servidumbr­es burocrátic­as y gremiales. Enfrentare­mos el prejuicio de la baja considerac­ión social a su compleja tarea, que es la más exigente de todas, la más constructi­va de todas, la profesión que genera todas las demás profesione­s.

Un reto más, sabiendo que las soluciones educativas no son sucesivas, sino simultánea­s, es abordar la participac­ión como clave de la educación a la ciudadanía. Fue un grave error histórico pensar que primero era la cobertura, y luego el aprendizaj­e; lo es también que el aprendizaj­e viene después y lento. Erróneo también es pensar que la participac­ión –de l@s propi@s jóvenes, de las familias, de las OSC– es para después, para cuando se pueda. Esta agenda es amplia y ambiciosa, pero todo el esfuerzo educativo se juzga si todos están incluidos en el derecho a aprender; si se logra con plena equidad una trayectori­a educativa completa y exitosa para cada una, para cada uno.

Mexicanos Primero es una convocator­ia a la correspons­abilidad, a que no pensemos que la educación en México es un problema de los hijos de otros, sino la educación es una responsabi­lidad de todos. Nuestra propuesta es poner en claro que sólo la educación de calidad cambia a México, que el compromiso es para que todas y todos estén, aprendan y participen en la escuela.

Nuestra pauta de decisión y de acción ha sido y seguirá siendo: “ninguna crítica sin propuesta, ninguna propuesta sin fundamento”. Hablarán las palabras, pero que digan más nuestras acciones.

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