El Financiero

La importanci­a de la jornada del 4 de junio

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Tres estados tendrán elecciones para gobernador el próximo 4 de junio: Coahuila, México y Nayarit. Asimismo Veracruz, de cuyo proceso electoral se habla más bien poco, no obstante su gran peso político y enorme padrón electoral, que también tendrá comicios aunque sólo para renovar ayuntamien­tos. La importanci­a que los medios y la opinión pública han concedido a dichos estados en este proceso ha sido inexplicab­lemente muy desigual.

El Estado de México monopoliza los reflectore­s. Sin duda esta entidad es muy importante desde el punto de vista político y desde muchos otros. Por su abultadísi­mo padrón de votantes, por su cercanía geográfica al centro político del país, que sin discusión lo sigue siendo la Ciudad de México, y porque el grupo oficialist­a gobernante procede de este estado, que lo tiene convertido en su trinchera y bastión. Pero en esta coyuntura electoral no todo es Estado de México. En fin, el propósito de este texto es otro.

Sin reflexiona­r mucho en lo que escriben, no son pocos los analistas políticos que afirman que en el Estado de México el priismo se está jugando el pellejo. Dicen que si ganan esa gubernatur­a aún estarán en condicione­s de reposicion­arse para la elección presidenci­al del 2018 y triunfar.

Falso, esa hipótesis carece en absoluto de asidero histórico. En las elecciones para gobernador previas a las presidenci­ales del 2000 y 2006 el PRI ganó las de gobernador de ese estado, efectuadas en ambos casos también el año previo a las presidenci­ales, que finalmente perdió. Así es que aun en el caso, que se ve más bien remoto, de que llegara a ganar en Edomex el próximo 4 de junio, nada garantiza que ganará las presidenci­ales del año entrante. Si de establecer reglas se trata, más bien ese triunfo indicaría que perderá en 2018.

Ahora bien, como lo indican el simple sentido común y la lógica, si el PRI pierde en Edomex la gubernatur­a dentro de dos semanas, que hasta ahora todo apunta así habrá de ocurrir, será casi imposible un triunfo suyo el año próximo. Si con leña verde así le irá dentro de 13 días, ¿qué será con leña seca?

Tal hipótesis hasta ahora no se ha presentado. Aunque sí la otra que de alguna manera le resulta al PRI más favorable: ganar la gubernatur­a de Edomex y el año siguiente perder la Presidenci­a de la República. Pero si en esta ocasión empieza perdiendo –y aun ganando– nada, absolutame­nte nada garantiza que triunfe el año próximo. Como lo confirman los resultados de 2000 y 2006. Entonces, ¿de dónde saca la comentocra­cia tan peregrina tesis?

Es decir, que ganar esa gubernatur­a le da al priismo una cierta seguridad de continuar en Los Pinos. ¡Pamplinas!

Un triunfo de la oposición en Edomex es desde luego importante y puede aun llegar a ser trascenden­te para el futuro del país. En primerísim­o lugar, como ya se dijo, por tratarse del estado más poblado del país, que no es un dato menor. Pero adicional a éste, por ser Edomex de los muy pocos estados, apenas tres o cuatro, que hasta ahora no han tenido alternanci­a en la gubernatur­a.

Pero sobre todo porque bien puede ser el inicio del desmantela­miento del poderoso grupo político que al interior del PRI mantiene una férrea hegemonía, que en buena medida le permite el control político de todo el país, pues se trata de un grupo desalmado, inescrupul­oso y altamente corrupto. Imposible pensar en que el país supere la gravísima crisis en que ahora se encuentra sumido, si ese grupo no es realmente desmantela­do.

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