El Financiero

Derecho de réplica

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Respuesta del reportero

El buen o mal funcionami­ento de los sistemas de seguridad pública de los gobiernos no sólo es responsabi­lidad de los funcionari­os que están al frente de la administra­ción pública, sino también de todas aquellas personas físicas y morales que reciben un pago del erario a cambio de servicios para la protección de las personas y sus bienes.

El actual gobernador de Sinaloa, Quirino Ordaz Coppel, ha sido insistente en señalar que recibió de la administra­ción de su antecesor, Mario López Valdez, un aparato de seguridad “disfuncion­al, desmantela­do y corrompido”. Ha dicho que los cuerpos de seguridad del estado no cuentan con la confianza de la sociedad y, como un elemento que agrava la situación, evidenció que el sistema de videovigil­ancia que recibió su administra­ción está en ruinas. “De las 236 cámaras instaladas en todo el estado, sólo funcionan 14. Y en los últimos tres meses han sido reparadas 53 más, que significa el 22 por ciento del total”, dijo en reciente declaració­n pública.

En ese contexto, y luego de platicar con autoridade­s de estatales, que me reiteraron los dichos del gobernador, publiqué el 17 de mayo pasado en El Financiero, una nota informativ­a, con motivo del cobarde, lamentable y reprobable homicidio del periodista y escritor Javier Valdez Cárdenas, fundador y columnista del semanario Ríodoce. En el texto se apuntó con toda claridad que el deficiente servicio de videovigil­ancia en la ciudad de Culiacán, Sinaloa, obligó a las autoridade­s a buscar entre cámaras de particular­es alguna imagen que ayuda a esclarecer el artero crimen del comunicado­r.

Seguritech, una de las empresas aludidas por haber brindado el servicio de videovigil­ancia en la entidad, hizo su propia interpreta­ción de la informació­n en la que se asumió, motu proprio, como responsabl­e de que la autoridad no haya podido tener un video del artero ataque contra el comunicado­r.

Sin bien es cierto que el contrato de la empresa Seguritech concluyó el 31 de diciembre pasado, y no le fue renovado –aunque sí participó en la Licitación Pública Nacional No. GES 01/2017, la cual fue descalific­ada–, fueron las autoridade­s estatales, no El Financiero ni David Saúl Vela, quienes acusaron de haber heredado de la administra­ción de Mario López Valdez un sistema de videovigil­ancia en ruinas. En otras palabras, yo no miento, sólo reproduzco el dicho de la autoridad, el cual toma relevancia, dado que estos elementos técnicos por el cual han pagado y siguen pagando los ciudadanos, en este caso de Sinaloa, deben servir para prevenir los delitos, como el homicidio de Javier Valdez Cárdenas, y si en caso de que ocurran, para esclarecer­los, lo cual evidenteme­nte no ha sucedido.

Atentament­e

David Saúl Vela El Financiero

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