El Financiero

Roemer, una boda barroca

- SALVADOR CAMARENA

La vida privada de la gente es la vida privada de la gente (andamos finos hoy). Incluso si esa gente se llama Andrés Roemer, quien fuera embajador (así el peñismo), cónsul (así el meadismo) y mártir (#dicen) por hacerse bolas sobre a qué amo servir en la UNESCO, México o Israel.

Así que si llega la noticia de que el señor Roemer se casa, pues allá él y su vida privada. Faltaba más.

Pero luego, junto con la noticia de esa boda, surgen detalles del bodorrio, en fase de planeación, y la cosa –todo indica– deja de ser privada para volverse un batidillo donde la materia pública no está exenta.

El columnista Mario Alberto Mejía publicó el 8 de mayo la primicia del enlace del señor Roemer. ¿Y dónde será el ágape? En Puebla, tierra de la novia. Hasta ahí, todo privado. Pero sólo hasta ahí. Así lo cuenta Mejía:

“Con el apoyo de la estructura de La Ciudad de las Ideas –que maneja dinero público de varias entidades–, Andrés Roemer hace todos los preparativ­os en el Museo Barroco de Puebla para su boda con Pamela Cortés. Y ya hay fecha: El 19 de noviembre, justo después de la ceremonia de clausura del denominado Festival Internacio­nal de Mentes Brillantes.

“En este sentido, los operadores a sueldo de Roemer trabajan en dos temas:

La edición número 10 de La Ciudad de las Ideas y la boda de su director general y curador.

“Lo mismo eligen hoteles para hospedar a los ponentes internacio­nales, que se decantan por los arreglos y flores que harán lucir el himeneo de Roemer y Pamela.

(…) Pero la duda mata: ¿Este festival recibe dinero público para su realizació­n? La respuesta es una e incontrove­rtible: Sí.” (http://bit.ly/2qytrtf)

Mejía tiene razón. Suena rarísimo que una organizaci­ón que es pagada por el erario sea utilizada para fines privados. Bueno, suena rarísimo en Noruega, en México no, seamos sinceros.

Porque según los colegas de Lado B, Roemer ha recibido apoyos del gobierno de Puebla, hasta 2016, por 187 millones de pesos para la cosa esa de las “ideas”. (http://bit.ly/2pqrnxp)

Punto para Mejía. El gobierno (o sea el contribuye­nte) pone la lana y los (futuros) Roemer la ponen a trabajar… en su beneficio.

Pero la cosa tiene otra vertiente digna de subrayarse. La sede elegida para el sí, acepto.

El gobernador transexena­l Rafael Moreno Valle planeó el Museo Barroco, lo presumió y luego dejó la cuenta para que los poblanos lo paguen por los siguientes 23 años, periodo en el cual entregarán 26 millones de pesos mensuales hasta completar los 7 mil 280 millones que terminará costando. Ni el de Antropolog­ía. Un deudón loco que Moreno Valle no llama por su nombre.

Moreno y Roemer son amigos. O eso quisiera el segundo, que homenajeó al primero por darle dinero. (http://bit.ly/2qcpvrk).

Y ahora Roemer quiere casarse en un lugar que representa el morenovall­ismo en su esplendor (es un decir). Pero de nuevo surge la duda. ¿Tan faraónico museo se renta para bodas?

Alberto Castillo, encargado de eventos especiales del lugar, informó por teléfono que nop, que ahí no hacen ni XV años ni bodas. Que sólo podría darse una boda en el restaurant­e, pero a manera de fiesta privada, con no más de 40 personas invitadas y en total discreción.

Total discreción y Roemer no riman. Así que la nueva duda es cómo le habrá hecho para conseguir que el Barroco toque la marcha nupcial. ¿Le habrá pedido el favor al gobernador Moreno Valle?

Qué manía la de Roemer de enredar lo público y lo privado.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico