El detalle
Comentábamos ayer acerca del comportamiento dispar en la economía. Hacíamos notar que algunas actividades se van haciendo relativamente más pequeñas, porque crecen menos que el promedio de la economía en su conjunto. Entre ellas, nos referimos a la industria y a actividades como el turismo, por ejemplo. Sin embargo, estos son grandes agregados, y a su interior también las cosas se mueven diferente, así que vale la pena mostrar dos o tres casos, en la idea de entender mejor cómo está funcionando nuestra economía. En turismo, por ejemplo, hay dos grandes renglones, que genéricamente podemos llamar “hoteles” y “restaurantes”. La descripción correcta es más grande, pero si busca en INEGI va a identificar fácilmente las dos actividades. Bueno, de inicios del 2000 al primer trimestre de 2017 se movieron en direcciones totalmente opuestas. “Hoteles” tiene un crecimiento muy pequeño, pero crecimiento al fin. Gana una décima de punto del PIB. En cambio, “restaurantes” pierde medio punto. En el conjunto, como decíamos ayer, hay una caída (relativa, porque el turismo sí crece, pero menos que el PIB total).
Al interior de la industria vimos que sólo una división crecía: electricidad, gas y agua. Bueno, en realidad, sólo crece electricidad. En cambio, en las tres divisiones que se contraen (siempre relativamente): minería, construcción y manufacturas, hay ramas que crecen y otras que se desploman. En el promedio hay una reducción que, ya decíamos ayer, es perfectamente normal: conforme las economías crecen, el peso de los servicios lo hace desproporcionadamente.
Por ejemplo, en Minería hay tres ramas: petróleo y gas, el resto, y los servicios asociados. De ello, los hidrocarburos eran 10 veces más grandes que las otras dos, pero ha sido esa rama la que se hunde. En 2017 es la mitad de lo que era en 2000, como proporción del PIB. El resto de la Minería creció dos décimas de punto, y los servicios salen tablas. En Construcción también hay tres ramas: edificación, obras de ingeniería civil y trabajos especializados. La grande es la primera, que incluye vivienda, y que en 2000 representaba 6.7% del PIB nacional. Ahora no llega a 5%, perdió casi dos puntos. Las otras dos ramas no caen, al contrario, pero su crecimiento sumado llega a medio punto apenas. Es interesante que “obras de ingeniería”, que es infraestructura, todavía muestra un crecimiento a pesar del desplome de 12% en el último año, producto de la caída en la inversión pública, que a su vez resulta de las dificultades que tenemos en las finanzas públicas.
Finalmente, en manufacturas también tenemos ramas que crecen, aunque el total de la industria manufacturera se reduzca, como es natural en una economía cada vez más moderna. Lo que crece, lo imaginará usted, tiene que ver con la industria automotriz: autos y camiones crece 0.8 puntos; autopartes, 0.4, y la novedad: aeroespacial crece 0.1 puntos. Fabricación de motores crece 0.2 puntos, lo mismo que la fabricación de equipo de aire acondicionado. Pero lo que probablemente no tenía usted en mente son otras dos actividades, que crecen poco, pero lo hacen: fabricación de equipo médico, dental y de laboratorio, y procesamiento de carne (ganado, aves, etc.)
Es decir, en el turismo crecemos, pero se nos rezagan los restaurantes. En construcción, el motor que traíamos, infraestructura, lo estamos apagando porque el gobierno no tiene dinero. En manufacturas, todo se está concentrando en automotriz, pero hay dos o tres actividades que también están funcionando.
Por eso debemos tener cuidado con la generalización: no todo crece al mismo ritmo, ni siquiera cuando nos vamos al detalle de ramas y actividades económicas. Así que no hay que buscar recetas que sirvan para todo, porque no servirán para nada. Profesor de la Escuela de Gobierno,
Tec de Monterrey
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