El Financiero

Si no votan muchos en Edomex, gana el PRI

- ENRIQUE QUINTANA

Dentro de una semana, es probable que ya sepamos el resultado electoral en el Estado de México, con todas las implicacio­nes que ello tendrá no sólo para esa entidad sino para la política nacional.

A mi parecer, el factor determinan­te

del resultado será la tasa de participac­ión ciudadana.

La tasa de participac­ión promedio en las últimas tres elecciones para gobernador en las que resultaron ganadores Arturo Montiel, Enrique Peña y Eruviel Ávila, fue de 45.3 por ciento de la lista nominal. O, si se quiere ver de otra manera, el abstencion­ismo promedio en esas elecciones fue de 54.7 por ciento.

En contraste, en las últimas tres elecciones presidenci­ales del año 2000, 2006 y 2012, la tasa de participac­ión promedio fue de 65.1 por ciento de la lista nominal.

Esto quiere decir que hubo 19.8 puntos porcentual­es adicionale­s de participac­ión en las elecciones federales respecto a las locales.

Para ponerlo en votantes y actualizar­lo a las cifras de este año, los 19.8 puntos porcentual­es de diferencia reflejan que en las elecciones para Presidente de la República han salido a votar 2.16 millones de personas… que se quedaron en su casa cuando hubo elecciones para gobernador. Y, los resultados son muy interesant­es. En las elecciones para gobernador el PRI siempre ha ganado y lo ha hecho por amplia diferencia. La elección que había sido la más disputada hasta ahora fue la del año 1999, cuando Arturo Montiel obtuvo el 42.44 por ciento de los votos, 6.98 puntos porcentual­es adelante de José Luis Durán, quien contendió por la alianza PAN-PVEM y obtuvo el 35.46 por ciento.

Observemos ahora el resultado de las tres últimas elecciones presidenci­ales en el Estado de México.

En el año 2000, la candidatur­a de Vicente Fox recibió el 43.7 por ciento de los votos de la entidad, 12.5 puntos por arriba del 31.2 por ciento recibido por Francisco Labastida.

En el 2006, la candidatur­a de Andrés Manuel López Obrador ganó el 43.3 por ciento de los votos, contra el 31.1 por ciento de los obtenidos por Felipe Calderón, una diferencia de 12.2 puntos porcentual­es. En ese año, el PRI, con Roberto Madrazo, se fue al tercer lugar con 18.1 por ciento de los votos.

En el 2012, la candidatur­a de Enrique Peña ganó en el estado, con 42.2 por ciento de los votos, frente al 30.0 por ciento obtenido por AMLO en la entidad.

Aunque una mayor tasa de participac­ión no es, en absoluto, garantía de que gane algún candidato opositor, si el abstencion­ismo se ubica en su nivel histórico, cercano al 55 por ciento, aumentan las posibilida­des del PRI, según se observa en este recuento.

En la perspectiv­a, de acuerdo con las encuestas más recientes, hay una competenci­a de dos: Alfredo del Mazo y Delfina Gómez. Una de las dificultad­es de la candidata de Morena es que sus preferenci­as son mayores entre población más joven que tiende a salir menos a votar en una elección local, mientras que Alfredo del Mazo amplía su ventaja en el caso de las personas de más de 37 años, que tienden a participar más en los comicios.

Estamos en tiempos de procesos políticos inéditos, por lo que no se puede descartar casi ningún escenario, sin embargo, me parece que la historia lo que nos dice es que si Morena no logra que la tasa de participac­ión ciudadana supere el 50-55 por ciento, se reducen sus posibilida­des de ganar la elección.

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